Paquete económico

La República, esta semana, comenzará a presenciar la intensificación del cabildeo por los presupuestos de la Federación de 2010. Gobernadores, presidentes municipales y organizaciones políticas, sociales y culturales iniciarán, a su vez, el tránsito por esa pasarela en que cada año suele convertirse, fundamentalmente, la Cámara de Diputados federal. Y las visitas se acrecentarán cuando el Legislativo discuta sobre los egresos.
Por un lado, la Cámara de Diputados no deberá ir más allá del martes 29 para la conformación de sus comisiones ordinarias, a través de las cuales se organiza para el desarrollo de sus funciones políticas y legislativas. Y le urge hacerlo, sin duda, porque sin ellas los diputados de la naciente LXI Legislatura sólo son meros observadores, dejando aún más vulnerable al país respecto de las decisiones cupulares.

En la semana que hoy inicia, los diputados federales y senadores estarán concentrados en el cabildeo por los factores macroeconómicos (precio del barril del petróleo, crecimiento, interés, tipo de cambio, inflación).

Estos días previos, sin embargo, no han sido fáciles para el Ejecutivo federal, que desde que presentó su propuesta económica, el 8 del mes en curso, ha sido objeto de severos cuestionamientos por toda la oposición, de manera especial porque propone que para subsanar el déficit de recaudación derivado de la baja del precio del petróleo, y de su producción, éste sea suplido con nuevos impuestos y con el incremento de los que ya están.

El rechazo opositor ha sido contundente. Ejemplo de ello es la declaración que hizo ayer en San Luis Potosí el senador priista Manlio Fabio Beltrones, quien consideró que “definitivamente, la solución no es darles más dinero a los pobres, sino empleo. Y el empleo solamente se logra haciendo crecer la economía”.

Por si fuera poco, el Gobierno federal ahora tiene que escuchar también voces en contrario desde sus trincheras: Diego Fernández de Cevallos, dijo ayer en Querétaro que el problema financiero de México no se resolverá “dando dádivas a los más pobres, sino reduciendo impuestos y ampliando la base tributaria”.

Hoy, más que nunca, se debe recurrir al diálogo para alcanzar el consenso necesario y sacar adelante un paquete económico de acuerdo a la realidad que vive el país, y poner el interés de la nación por encima de diferencias partidistas.