Viernes, 13 de Junio 2025

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Obama

Por: EL INFORMADOR

ENTRE VERAS Y BROMAS              

El mundo cambia... A veces lo hace inadvertidamente. Los aviones que se estrellaron sobre las Torres Gemelas, en Nueva York, en 2001, por ejemplo, no estaban en la agenda de los miles de testigos, incrédulos, del primer atentado. Ni siquiera en el de los millones que, en todo el mundo, aterrados, atestiguaron, minutos después, el segundo... Jean Daniel: el fundador de “Le Nouvel Observateur”, hablando sobre la simultaneidad y la ubicuidad de los medios de comunicación, dijo que “cuando alguien habla, faltan segundos para que lo sepa toda la Tierra”. Aquella mañana neoyorquina sucedió al revés: segundos antes de que el segundo avión se estrellara contra la segunda torre, todo el mundo lo sabía: “Esto cambiará la historia”.

—II—

Pero el mundo también cambia sobre aviso. Fidel Castro, Juan Pablo II y Mijail Gorbachov, entre otros, fueron, en su momento, agentes de un cambio. El mundo, antes de ellos, era uno. Después, otro... Barack Obama parece llamado a agregarse a la lista, hoy que tome el timón de esta nave que a veces parece viajar a la deriva, sin rumbo cierto, por el universo.

Obama llega a reemplazar a un hombre —George W. Bush— que apela, como muchos de sus semejantes, a eso que llaman “El Juicio de la Historia”. Por ahora, al margen del sentimentalismo que de manera inevitable va de la mano con las despedidas, parecería que todo lo hizo mal: recibió un país en bonanza económica; deja a todo el mundo con números rojos. Marcó su mandato con la etiqueta histórica de “la guerra contra el terrorismo”; lo concluye sin que haya señales alentadoras de que esa guerra esté en vías de resolverse con la victoria de “los (autoproclamados) buenos”.

—III—

La democracia hace posible el espectáculo que hoy presenciará el mundo. Barack Obama no se limita a ser el presidente electo al que corresponderá el número 44 en la lista de mandatarios estadounidenses. Dentro y fuera de su país, Barack Obama encarna la esperanza contenida en el pensamiento y en el sentimiento de los testigos conscientes de la historia: “No sé si esto, a la larga,

vaya a ser bueno..., pero me felicito de estar vivo para verlo por mí mismo”.

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