JUAN DE LA BORBOLLA R. Francia, en tiempos del general Charles de Gaulle, sorprendió al mundo político de su época al transformar el modelo republicano parlamentario propio de la IV República, en un sistema novedoso de la V República, en la que subsistían las jefaturas de Estado y de Gobierno en las personas respectivas del presidente y del primer ministro, pero se le incrementaban las atribuciones constitucionales al primero, en detrimento de las que la Constitución reformada le había otorgado al segundo, de acuerdo a los modelos clásicos del parlamentarismo subsistentes en regímenes republicanos presidencialistas análogos como los alemanes o italianos, por ejemplo.Hoy pareciera que en Rusia se está operando una mutación política similar, aunque en sentido inverso de la que se operó en Francia en 1958.Dimitri Medvedev, un joven abogado de 42 años y anteriormente viceprimer ministro en el Gobierno que presidió Putin, durante los pasados ocho años, había obtenido 70.21% de los votos en las elecciones presidenciales, llevadas a cabo el 2 de marzo de este año.Medvedev tomó posesión el pasado miércoles 7 de mayo de la presidencia de Rusia, y justo un día después Vladimir Putin fue nombrado primer ministro, por la Duma (Cámara de Diputados), con una mayoría abrumadora.A favor de la candidatura del anterior presidente ruso, votaron 392 diputados, contra 56 diputados comunistas que se pronunciaron en contra. Para su ratificación en el cargo, Putin necesitaba el respaldo de 226 de los 450 miembros de la Duma.A partir de este momento, según el artículo 112 de la Constitución rusa, Putin cuenta con un plazo de siete días para presentarle al flamante presidente la composición del nuevo Gobierno y propuestas sobre la estructura del Ejecutivo federal.Nada más el resultado de la votación apareció en el tablero electrónico del hemiciclo, el presidente de la Duma, Boris Grizlov, ha expresado: “Es una votación récord. Nunca antes un primer ministro obtuvo tal respaldo”.Antes de la votación, Putin había expuesto las líneas centrales de lo que será su programa de Gobierno y respondió preguntas de los grupos parlamentarios.La especulación que se hace dentro y fuera de Rusia es que desde esa posición de jefe de Gobierno y primer ministro, Vladimir Putin seguirá siendo el hombre fuerte de la política y dejará el honroso cargo de jefe de Estado y presidente del señor Medvedev como esa figura decorativa propia de los regímenes parlamentarios no monárquicos europeos.La carrera política de Medvedev ha estado siempre condicionada por Putin, de ahí que esa especulación se sustente en ese hecho objetivo, aunque por supuesto no definitivo.Lo cierto es que pareciera darse una rotación del eje, del poder entre la jefatura de Estado y la de Gobierno, en virtud no tanto de la definición constitucional, sino a la fortaleza del liderazgo de aquel que hasta hace unos días fuera el presidente de todas las rusias y que tras ocho años de ejercicio del puesto pasa ahora a ser “simplemente” el primer ministro del nuevo presidente.JUAN DE LA BORBOLLA R. / Catedrático universitario.Correo electrónico: jborbolla@up.mx