Jueves, 18 de Abril 2024

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No sólo es crisis de dinero

Por: EL INFORMADOR


La búsqueda de una salida para la crisis económico-financiera mundial está cercada de riesgos. El primero es que los países busquen soluciones que resuelvan sus problemas, olvidándose del carácter interdependiente de todas las economías. La inclusión de países emergentes significó muy poco, pues sus propuestas no fueron realmente consideradas. Prevaleció aún la lógica neoliberal que garantiza la parte del león a los ricos. El segundo, es perder de vista las demás crisis, la ecológica, la climática, la energética y la alimentaria. Concentrarse solamente en la cuestión económica, sin considerar las demás, es jugar con la insostenibilidad a mediano plazo. Cabe recordar lo que dice la “Carta de la Tierra” (L. Boff): “Nuestros desafíos ambientales, económicos, políticos, sociales y espirituales están interligados, y juntos podremos forjar soluciones incluyentes”.

El tercer riesgo, el más grave, consiste en solamente mejorar las relaciones existentes, en vez de buscar alternativas, con la ilusión de que el viejo paradigma neoliberal tendrá aún la capacidad de tomar de forma creativa el caos actual. El problema no es la Tierra. Ella puede continuar sin nosotros y continuará. La cuestión más grande, es el ser humano voraz e irresponsable que ama más la muerte que la vida, más el lucro que la cooperación, más su bienestar individual que el bien general de toda la comunidad de vida. Si los responsables por las decisiones globales no consideran la inter-retro-dependencia de todas las cuestiones y no forjaren una coalición de fuerzas, sí estaremos entonces literalmente perdidos.

En realidad, lo que falta es un mínimo de sentido común. Basta con proceder a un amplio y general desarme, ya que no hay confrontaciones entre potencias militares. La construcción de armas, propiciada por el complejo industrial-militar, es la segunda más grande fuente de ganancias del capital. El presupuesto militar mundial es del orden de un trillón y 100 mil millones de dólares al año. Ya se gastó solamente en la guerra de Iraq dos trillones de dólares. Para este año, el Gobierno estadounidense compró armas en el valor de un trillón y medio de dólares. ¡Así cómo, pues!

Estudios de organismos de paz revelaron que con 24 mil millones de dólares/año, tan sólo 2.6% del presupuesto militar total, se podría reducir la mitad del hambre en el mundo.

Existen aproximadamente 31 mil ojivas nucleares en depósitos, 13 mil distribuidas en varios lugares del mundo y cuatro mil 600 en estado de alerta máximo. Sumadas a las armas químicas y biológicas, se puede destruir por 25 formas diferentes toda la especie humana. Postular el desarme no es ingenuidad; es ser racional y garantizar la vida que ama la vida y que huye de la muerte. Acá se ama la muerte.

Solamente ese hecho muestra que la actual Humanidad, en gran parte, es constituida por gente irracional, violenta, obtusa, enemiga de la vida y de sí misma. Antes “moría quien iba a la guerra”. Ahora, no. Las víctimas principales son civiles. De cada 100 muertos en guerra, siete son soldados, 93 civiles de los cuales 34 son niños. No sólo es una crisis de dinero.

CARLOS CORVERA / Analista político.
Correo electrónico: corveracmx@hotmail.com

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