Jueves, 25 de Abril 2024

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Negociaciones innegociables

Por: EL INFORMADOR



ANA MARÍA SALAZAR

La semana pasada, en este espacio abordamos el tema de cómo negociar con aquéllos que usan la intimidación o la violencia como estrategia de negociación, o aquéllos que simple y llanamente no quieren negociar. Usamos como ejemplo la toma de tribunas del Frente Amplio Progresista (FAP), conformado por legisladores de los partidos de la Revolución Democrática (PRD), Convergencia (PC) y del Trabajo (PT), y cómo deberían reaccionar el Gobierno federal, los legisladores y la clase política.

Los audios que se filtraron esta semana de una reunión que se llevó acabo, en donde el líder de la bancada del PRD en el Senado, Carlos Navarrete, promovía una solución vía la negociación parlamentaria, mientras que Andrés López Obrador (AMLO)  continuaba con la idea de la promoción de la movilización, confirman que el objetivo de AMLO no es negociar —como lo comentamos en la columna pasada—. En este audio, AMLO es muy claro de sus intenciones: “Es que esto, para mí, es una vacilada, no sé si me explico. Lo importante es que ganamos en tiempo, pero lo ganamos no por la negociación, lo ganamos porque tomamos la tribuna, no sé si me explico”, dijo López Obrador. “Que no se confunda: si ellos se aflojaron, fue por la toma de la tribuna y por el movimiento, no por la negociación. Entonces esto nos va a llevar a que tengamos tiempo para que, con el movimiento en la calle y con la fuerza de la opinión pública vayamos por buen camino”, dijo AMLO. Éste insistió en que  80% del éxito se debió a la movilización de la g
ente en la calle, e insistió ante los legisladores del FAP la necesidad de mantener la movilización social y la toma de tribunas.

De nuevo la pregunta es: ¿Cuáles son las intenciones de AMLO y los legisladores del FAP con la toma de las tribunas y la movilización de mujeres? ¿Reformar a Petróleos Mexicanos (Pemex)?

Para grupos o individuos que tienen una inconformidad, existen grandes incentivos de usar violencia como un arma política para promover sus intereses, atraer la atención del público y de los medios de comunicación. De hecho, hoy día, usar la violencia en actos de protesta casi garantiza cobertura en los medios de comunicación que no se obtendría de otra forma.

Por la falta de credibilidad de los interlocutores gubernamentales, deficiencias en los procesos legales y políticos para resolver difíciles problemas sociales, para muchos grupos e individuos, la violencia es la única forma de conseguir un interlocutor con quien dialogar y que se les escuche. Para otros el uso de estos mecanismos, en el México en donde existe una marcada cultura de impunidad, las movilizaciones violentas son mecanismos viables de expresión y promoción política. Otro factor importante que facilita el uso de violencia por parte de grupos e individuos como forma de protesta social, es en parte el temor de las autoridades de usar mecanismos represivos, además de que el aparato de justicia no tiene la capacidad de enfrentar protestas violentas.

ANA MARÍA SALAZAR / Analista política.
www.anamariasalazar.com

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