| Medalla Por: EL INFORMADOR 16 de septiembre de 2008 - 23:00 hs ENTRE VERAS Y BROMAS La medalla “Margarito Ledesma” al humor involuntario, tras la noticia del atentado terrorista durante la ceremonia de “El Grito” en Morelia, fue para el procurador de Justicia de Jalisco, Tomás Coronado Olmos. Su declaración, en el sentido de que mientras se trate de las cotidianas agresiones recíprocas entre grupos identificados como miembros de “la delincuencia organizada”, “no hay problema”, puede pasar al anecdotario como “lapsus”. Ya después se verá si la masacre del último fin de semana en el Estado de México, o modalidades como las decapitaciones a manera de macabro corolario (con lo que denotan de premeditación y saña) de asesinatos premeditados, ameritan un comentario tan “light”. O se verá si los “ajustes de cuentas” entre bandas de delincuentes pueden verse con tanta ligereza, cuando en el fondo están los secuestros o el cada vez más generalizado tráfico de estupefacientes. —II— Como quiera, la declaración del procurador puede explicarse —e incluso justificarse—, en función del afán de marcar una línea fronteriza entre las pugnas por los territorios, e incluso a la “guerra contra la delincuencia organizada” —en mala hora declarada abiertamente por el Gobierno federal, por la torpeza estratégica que tal declaración implica—, y actos terroristas como el de la noche del lunes en Morelia. Los primeros tienen un blanco determinado: los enemigos. Lo de menos es que se trate de otros delincuentes, de las policías o del Ejército. El terrorismo apunta hacia la población inocente. Trata de generar un clima social de pánico, incertidumbre y zozobra. Además, mientras los delincuentes comunes suelen dejar indicios de su identidad, los terroristas tiran la piedra —o la granada expansiva, como sucedió en Morelia— y esconden el brazo. No dan la cara. No dejan tarjeta de visita. —III— México, normalmente, no pinta como protagonista en el mapa-mundi de las noticias. Esta semana lo hizo ya dos veces: la primera, cuando se anunció que Carlos Slim —uno de los hombres más ricos del mundo, ciudadano de un país en que decenas de millones de personas viven en la pobreza extrema— se convirtió en accionista del “New York Times”; la otra, con los atentados de Morelia. Colofón: a veces para vergüenzas no gana uno... Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones