Los sobrinos del conquistador

Muy difícil ha de ser dar con los descendientes directos de Hernán Cortés. No es su caso como el de Cristóbal Colón, que hasta hoy existe un duque de Veragua, heredero del gran almirante.

Y, además, siendo hoy el mundo más pequeño y las comunicaciones más rápidas, es posible que los descendientes del conquistador estén por toda la Tierra.

Sería una tarea muy complicada, aunque no la considero imposible, hallar a un individuo al que, después de arduas investigaciones, pudiéramos decirle propiamente:

—Tú... tú eres el tras... tras nieto que desciende de Hernán Cortés.

Se llevaría un susto.

Pero ante la dificultad de lograr esta seguridad, sí es fácil suponer que, a falta de nietos, sí ha de haber por ahí muchos sobrinos, hijos de las hijas que fueron prolongando la línea de Hernán Cortés. Y ¿dónde están? ¿Por qué lugares se hallan? ¿Sienten querencia por lo que México significa para su familia? ¿Llevan en sus genes los del conquistador y tratan de realizar algo muy parecido a lo que hizo don Hernán respecto a las riquezas mexicanas?

Ya en otro trabajo histórico y curioso hablé de este tema, cuando varios de los bancos y hoteles de México empezaron a ser de españoles... de españoles que podrían ser sobrinos del señor don Hernán. De españoles y de gente extranjera que supieran echar la zarpa sobre cosas de valor.

Hoy, aparte de los bancos y hoteles, la existencia de esos negociantes suena también en el importante asunto del petróleo.

El petróleo de México es de los mexicanos. Pues sí. Pero ese petróleo que supone se halla muy hondo, entre las aguas profundas del mar, ahí está y quieren sacarlo porque es nuestro, y con él México se transformará en un país próspero. Nada de pobres.

Cuando leo estas noticias de que sí se ha de sacar... de que no, porqué hemos de comprar cara tecnología, me imagino a esas parvadas de zopilotes en torno a una presa que desean devorar. Y ya hemos dicho que hay entre ellos ambiciosos de varias nacionalidades, como si los sobrinos de Hernán Cortés hubieran nacido con el tiempo en diversas partes del mundo. Van a venir. ¿Se están preparando ya? No sabemos cómo se repartirán ese tesoro, ni si nos dejarán algo más que un documento en el cual, en palabras escritas, se repita que el petróleo de México es de los mexicanos. Un lindo e histórico papelito con bella greca. ¿Y el petróleo? Bueno, pues hay que refinarlo, pasarlo por varias etapas, necesitamos expertos y maquinaria. Y a pagar. Menos mal que con lo que nos quede todos seremos ricos, los sobrinos de Hernán Cortés y los demás. De eso se trata. ¡Qué bien!

GABRIEL PAZ / Escritora.
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