Sábado, 19 de Abril 2025

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Los efectos de la crisis

Por: EL INFORMADOR


La reacción en cadena que se ha iniciado con la quiebra de la banca de inversión en los Estados Unidos, ha provocado varias frecuencias mundiales que no dejan de ser preocupantes, pues sucede como con el clima, que su desarrollo es impredecible, pues están regidas por el caos: cuando una pequeña diferencia en las condiciones iniciales puede provocar un huracán.

Ésta es la sensación que se tiene ahora, y lo que hasta hace poco era impensable, ha sido desbordado, como nadie pensaba que sucediera un acto como el del 9/11, cuando ataques de los sicarios de Bin Laden lograron desplomar las torres gemelas —que sólo de pensar en ellas, sentimos musarañas— para cambiar la historia de esa potencia mundial. Ahora, con la declaración de la quiebra de la banca de inversión, se sacude la estructura financiera mundial.

En México, el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, reconoció por primera vez que la crisis financiera en los Estados Unidos es peor que la depresión de 1929, una crisis que conocemos más como una anécdota de la historia del siglo XX, que como otra cosa, pero que sabemos de sus efectos: el hambre, el desempleo y la falta de inversión.

“La economía es más sólida desde el punto de vista macroeconómico —declaró Carstens—, y eso nos ha permitido enfrentar la crisis”, y confirmó que esta crisis es la más grande que se había visto desde 1929.

Agustín Carstens también señaló que los efectos primarios se podrán resentir en lo siguiente: una reducción de las exportaciones, una disminución de las remesas de los trabajadores en los Estados Unidos y una baja en el turismo. La deuda externa de México es de 5% del Producto Interno Bruto (PIB), y hasta ahora es menor que las reservas internacionales que se tienen, por lo tanto, nos podemos defender un rato, pues en los próximos 18 meses hay vencimientos por tres mil 500 millones de dólares y esos recursos los tenemos en caja. Menos mal que hemos tomado estas precauciones, y sin caer en el pesimismo del oráculo de la crisis, no cabe la menor duda de que tendremos que apechugar los efectos lo mejor que se pueda y de alguna manera seguir lo que señala el viejo dicho: “Cuando veas al vecino las barbas recortar, hay que poner las propias a remojar”. Las autoridades deberían estar más pendientes de la propia ambición en el ámbito financiero nacional que está fuera de límites, por lo menos las tarjetas de crédito
, y como en los 90, cuando se aplicó el Fobaproa —que pagamos todos—, pues percibimos la manera alarmante como han descuidado los bancos su oferta de tarjetas a clientes que no tienen capacidad de pago, creando la plataforma para otro posible rescate como el que sucedió hace años. El reto para México será librar los efectos secundarios y ver si así logra sus metas de crecimiento para tener una menor distribución de los ingresos y de las oportunidades.

MARTÍN CASILLAS DE ALBA / Escritor y cronista.
Correo electrónico: malba99@yahoo.com

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