Llueve sobre mojado

Desde hace décadas, la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG) sufre un grave padecimiento que se produce en cada temporal de lluvias. En cuanto caen las primeras tormentas, y hasta que se va el último aguacero, sus habitantes deben sortear innumerables obstáculos para salir con bien en el tránsito cotidiano, porque las inundaciones se presentan como una acuática barrera que lo paraliza todo.
A pesar de las insuficiencias, y deficiencias, que tiene la red hidráulica de la ZMG, los sucesivos gobiernos que han tenido la responsabilidad de dotar de servicios públicos a la población, han dejado pasar la oportunidad de poner un remedio serio y eficaz a este problema; en el mejor de los casos, han hecho obras pequeñas para tratar de remediar situaciones de coyuntura, sin atender las cosas de fondo.
Lo que está ocurriendo ahora en una zona estratégica de la metrópoli, como es el tramo de la avenida López Mateos en su cruce con Las Rosas, en el corazón de Chapalita, es un ejemplo palpable de que se emprenden obras que, lejos de producir una solución al grave problema de las inundaciones, terminan por complicarlas más.
Hace apenas unos años, en ese lugar se inició la construcción de un túnel. No hay que olvidar que el proyecto original del Gobierno del Estado, en la anterior administración, era levantar un puente que hiciera pasar por arriba los vehículos que cotidianamente transitan por López Mateos, y a nivel los que circulan por Las Rosas. La oposición de los vecinos del lugar a semejante proyecto, obligó a las autoridades a modificar su propuesta y decidirse por la construcción del citado túnel.
Las prisas, los tiempos electorales, o cualquiera que haya sido el pretexto, llevó a los ejecutores del trabajo a realizarlo sin cerciorarse de que el colector que corre por debajo de López Mateos estaba en condiciones de soportar las nuevas circunstancias de la avenida. Apenas en el relevo de las administraciones estatales, fue necesario enmendar, en parte, el problema que ya generaban los escurrimientos que se producían a lo largo del túnel, mediante la construcción de un colector auxiliar en una de las laterales de López Mateos.
Ahora estamos ante el colapso. Con las primeras precipitaciones pluviales que han caído sobre la ZMG, el túnel de Las Rosas ha cedido ante la fuerza del agua y ante el peso del flujo vehicular, por lo que será necesario reemplazar el colector que ya se encuentra seriamente fracturado.
Los ciudadanos no podemos permanecer impasibles ante semejante incapacidad de las autoridades para cumplir con su responsabilidad ejecutando obras que sean de servicio para la comunidad, pero que estén bien hechas. La inversión de al menos 50 millones de pesos para sustituir el tramo del colector de López Mateos, es un costo que se cargará a las aportaciones de impuestos de los contribuyentes, y la contraparte debe ser la aplicación de sanciones para quienes hicieron mal su trabajo.