| Las monjitas del Frater A. Morales Por: EL INFORMADOR 23 de enero de 2009 - 23:00 hs En el periódico más importante de Toluca aparece de vez en cuando una sección titulada “La Parroquia”, a cargo del Frater A. Morales y sus monjitas. Tienen gran sentido humorístico y los nombres de ellas mueven a risa antes de que la historia comience. Son mujeres simpáticas y cultas, aunque algunas tiran hacia el chisme, generalmente de eso, de los chismes de la ciudad y la nación, informan al Frater y éste, con muy buenos modales y palabras justas, las llama al orden. Una de las cosas que más gracia me hacen son los nombres de las hermanas: sor Sonrisa, Sagrado Corazón, sor Presa, sor Dina, sor Bete, parecen buscados para hacernos reír. ¡Quién sabe! porque al convertirse en monja una dama puede cambiar de nombre y dejar el suyo por el de otro santo: sor Salero, sor Ruperta, sor Azucena. Recuerdo de mi primer colegio a sor Margarita, sor Guadalupe y sor Inés. Esto de “sor” , que debe venir del francés “soeur” que significa hermana, me trae el recuerdo de mi primer colegio. Era de monjas de san Vicente de Paul, que son ésas que llevan unas tocas almidonadas, blancas, amplias como alas de mariposas gigantes. Así me imagino a las del Frater Morales, tocas que no les permiten ver más que hacia delante. Pero ellas miran hacia todos los lados, porque de todo saben y dan verdaderas lecciones, sobre todo de política. No hubiera estado mal que en aquel tiempo las monjas de mi colegio hubieran sido como la sor del Sagrado Corazón, simpáticas, cariñosas, alegres, risueñas. No, en aquella época sólo privaba la seriedad. No recuerdo haberlas visto reír, y cada tarde aparecía un grupito de alumnas escogidas por su “bondad” para contar a sor Margarita las faltas y travesuras de las otras, éstas eran llamadas por la monja que hacía de juez, las regañaba y hasta las castigaba con unas leguas verdes, rojas o negras (mentiras, palabras feas, peleas) que llevaban durante toda la clase. Había algunas, sobre todo chicas, que se reían, pero otras lloraban de esa humillación. No creo yo que aquellas monjas hubieran estudiado nada de pedagogía infantil, pero los tiempos en muchas cosas eran otros diferentes a los de hoy. Tengo la seguridad de que ninguna de las monjitas del Frater A. Morales hará nada de eso. Con buenos modales llamarían la atención a los traviesos y traviesas y, tal vez, colarían un chiste entre plática y plática o los introduciría en los vericuetos de la política que también son de risa... a veces. En estos días se lleva la fama la monja del Sagrado Corazón, demuestra estar al corriente de lo que sucede y al informar al Frater, nos informa a los lectores y muchas veces reímos de sus graciosas ocurrencias. GABRIEL PAZ / Escritora. Correo electrónico: macachi809@hotmail.com Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones