“La tarea”

ENTRE VERAS Y BROMAS                

“Alguien no ha hecho la tarea...”. La frase —o la idea, al menos— se atribuye al secretario de Vialidad, José Manuel Verdín Díaz. El contexto, el enésimo accidente vial ocurrido en la Zona Metropolitana de Guadalajara, con participación del transporte público... Y lo peor: con saldo trágico.

—II—

Quienes tienden a reducir a cifras la noticia, prefieren consignar que ya han fallecido 40 personas en esos lances en lo que va del año, a meterse en el laberíntico predicamento de indagar la historia de vida —huérfanos, viudas, proyectos arruinados...— que, en cada caso, queda trunco. Vaya: ni siquiera se logra determinar en cuántos casos la culpa corresponde a conductores atrabiliarios, sicológica y profesionalmente impreparados para ese delicado oficio, y en cuántos más a peatones que salen a la calle a ganar medallas en el deporte extremo de atender sus compromisos y volver a casa sanos y salvos... o morir —con el lucro de la discutible gloria de convertirse en estadística— en el intento.

Sugiere Verdín Díaz que la responsabilidad corresponde a los empresarios del transporte público. Apunta que faltaría capacitar mejor a los conductores y supervisarlos con más atingencia...

Sin embargo, también se antoja pensar que podría —es decir, que debería— reformarse drásticamente, en un punto al menos, la Ley de Tránsito del Estado. Por ejemplo, si se obligara a concesionarios, permisionarios, subrogatarios, similares, conexos y derivados, a contar, por costosa que fuera, con una póliza de seguro del viajero que contemplara gastos funerarios y un seguro de vida en caso de fallecimiento, y uno más de gastos médicos —de por vida incluso— para lesiones que redunden en cualquier tipo de incapacidad, discapacidad o invalidez, y, en todos los casos, de indemnizaciones a las víctimas y a sus deudos, ya se vería si los empresarios —a quienes la póliza costaría tanto más cuanta mayor incidencia de accidentes hubiera— aprietan las clavijas entre los choferes, o no.

-III-

Dice bien el señor Verdín: “Alguien no está haciendo la tarea”... La negligencia, salvo prueba en contrario, sería de los legisladores, incapaces de romper este círculo vicioso pegándoles a los empresarios del ramo precisamente en su órgano más sensible: el bolsillo.