La cucaracha y la marihuana

Allí, en mi tierra, hace ya algunos años, se cantaban canciones mexicanas y cuando yo “oía eso de la cucaracha ya no puede caminar porque le falta marihuana que fumar”, no entendía el asunto. Cucaracha sí, pero marihuana ¿qué?

Ha pasado el tiempo y ya sé qué es la marihuana, que otros dicen mariguana. Así que sirve para fumar y evadirse de lo real. Bueno, lo real es tan malo y tan feo que para muchos bien vale un viaje.

Pero la prohiben porque puede causar gran daño a la salud de quien la consume. Hace años no se le daba importancia y esto ha hecho que su uso prolifere y que, además, se usen e inventen otros productos más fuertes y dañinos.

Muchas veces he escrito que las drogas en general deberían de ser de venta libres. Ya todos sabemos el daño que hacen. Una persona cabal no cae en ese hoyo. El que cae es porque quiere, pues ¡hala! que se compre lo que desee. Prohibido o no lo va a adquirir, pues que se haga de la marihuana pacíficamente, y abusa y después siente su salud desperdiciada, yo me pregunto ¿para qué nos valía tal persona?

Una vez que la gente se acostumbre a que el vecino compre droga no le dará importancia, como cuando aparece con unas botellas de cerveza o champán, es la voluntad. Y el hombre serio y sin vicios está a salvo, tanto si se vende eso legal o ilegalmente.

Con la venta libre de la marihuana y todas las drogas se habrían terminado esas luchas de unos grupos de narcotraficantes contra otros, los asesinatos horribles y el gran y vergonzoso negocio de ir envenenando a la gente.

Sucederá lo mismo que en los tiempos de Al Capone y la Ley Seca. Había en los Estados Unidos más borrachos que con la libertad de comprar alcohol. ¡Qué de balazos y muertes produjo aquella ley prohibitiva y cuántos “chiringuitos” secretos vendían bebidas de pésima calidad a los que no podían prescindir de las borracheras!

Hoy allá y acá quien lo desea compra el licor que le agrada y si se pasa de la cuenta va dando tumbos, si maneja un coche: accidente, pero menos víctimas que cuando se mataban los rivales de aquel peligroso negocio.

Buena idea la del Sr. Círigo Vázquez. Debería de haber sido presentada esta iniciativa de la libertad a la venta de la mariguana mucho antes, pero más vale tarde que nunca. Además los mal pensados susurran que también habría compromisos de gente interesada en el negocio. Que sea libre la venta y compra de la marihuana sin complicaciones para no dejarles ningún camino a los que medran con este mal.

Hay países en los que no se castiga la venta de ciertos estupefacientes, de Holanda cuentan grandes libertades y es raro leer que allí se maten por vender.

Con esta libertad bien planteada los narcotraficantes no tendrán negocio y esto es muy importante.

GABRIEL PAZ / Escritora.
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