Juguetes bélicos

La Navidad se acerca, y con ello el comienzo de la explotación comercial para la cual se aprovecha la presencia infantil en la publicidad y, sobre todo, la venta de juguetes. Hay muchos juguetes buenos, pero los hay también, y en gran escala, los juguetes bélicos: réplicas perfectas de armas, rifles, tanques y granadas, pistolas, espadas, video juegos violentos sumamente crueles, tanto para niños como niñas.

Los juguetes son claves en el desarrollo de la identidad y de enfrentar las situaciones cotidianas y la manera en que niños y niñas enfrentarán el futuro. Esto implica que si se aprende a socializar a través de objetos violentos, es posible que los niños aprendan a resolver sus conflictos personales de manera violenta.

El psicólogo José María Romera, así cómo Roberto Torres Collazo, aseguran que el juguete es, entre otras cosas, un transmisor de valores que va formando la sensibilidad y hábitos del niño predisponiéndole hacia sus conductas de adulto.

Por ejemplo, regalar una pistola de juguete es prepararle para que en el futuro no ponga reparos al uso de una auténtica. Si es así que los juguetes transmiten valores, debemos preguntarnos: ¿Qué valores queremos infundirle a nuestros hijos, nietos o sobrinos, hermanitos cuando les regalamos?

Todos sabemos que los niños tienden a imitar lo que ven de los adultos, como son los padres y parientes. Pero también tienden a reproducir conductas que ven en los medios de comunicación y en la calle.

El psicólogo Albert Bandura, toda una autoridad en el estudio y la investigación de la violencia social, realizó experimentos donde se expuso a niños a ver en una pantalla a otros niños agrediendo un muñeco. Inmediatamente después de ver la agresión reprodujeron la misma conducta agresiva.

Si unos niños ven a sus primitos o vecinos jugando con pistolas, es posible que quieran imitarlos y obviamente jugar con ellos.

Es un hecho que vivimos un mundo sumamente violento, violencia continua en la televisión desde las caricaturas, violencia en el trafico, cientos de imágenes violentas se presentan como noticia diaria de lo más normal en los medios de comunicación, masacres, guerras no sólo contra otros hermanos de otros países, sino contra el medio ambiente y la Naturaleza, violencia doméstica, violencia del narcotráfico, todo un culto a la violencia.

Nos preguntamos, si le regalo juguetes bélicos a mis hijos ¿estoy contribuyendo a un mundo de paz o de violencia?
No queremos caer en simplismos, como decir que porque alguien asesinó era porque jugaba en su infancia con juguetes. Lo que trato de decir es que los juguetes bélicos pueden crear las bases o predisponer acciones violentas en la niñez para actuar en el futuro en actos delictivos.
Si queremos contribuir a una cultura de paz, quizás debemos considerar regalar juguetes pacíficos, seguros y de acuerdo a la edad, juguetes que estimulen la creatividad y la curiosidad. Si su hijo insiste en pedir algún juguete bélico, simplemente se le hace saber cómo nos sentimos y por qué.

CARLOS CORVERA / Analista político.
Correo electrónico: carloscorvera@me.com