Jueves, 12 de Junio 2025

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Insólita reunión, insólito convivio

Por: EL INFORMADOR


El quehacer político tiene muchas facetas y muchas vertientes que sirven para conciliar intereses y también para limar asperezas, todo dizque en pro del bienestar público, la paz social, pero lo que es más preocupante, la estabilidad política.

Esta reflexión la traemos a cuento, simple y sencillamente porque la opinión pública mundial se enteró de la reunión, carente de protocolo, pero sí con cierta coreografía que a decir verdad impactó a una sociedad que está pendiente de todos y cada uno de lo que acontece en la Casa Blanca, allá en Washington, y que representa el símbolo del poder tamizado con un barniz leve de democracia.

En efecto, la reunión efectuada a iniciativa del presidente Bush con tres ex presidentes de los Estados Unidos, y con el presidente electo Barack Obama, con el propósito de cambiar impresiones y también para compartir fraternalmente el pan y la sal, dejó un antecedente que debería repetirse de vez en cuando, o con cierta frecuencia, porque tales reuniones podrían considerarse como una muestra de solidaridad y una ocasión para hacer balances de las políticas que se estén aplicando, tanto en el contexto interno como el externo.

Los protagonistas de más de un cuarto de siglo de historia del poder supremo de la máxima potencia, compartieron el mantel del presente y del futuro —Bush, padre; Carter, Clinton, así como Bush hijo y Obama, el mandatario entrante—, dizque para dar consejos al que está llegando bajo circunstancias muy especiales, y valorar consecuencias de los hechos dirigidos o inducidos por lo que ya cumplieron. Cinco individuos muy distintos todos ellos, opuestos radicalmente en sus opiniones, carácter y biografías, se han tomado la foto de familia que muchos en varias partes del mundo son difíciles de entender en todo su profundo, valioso, pero controvertido significado, en especial para los pueblos de América Latina.

La elocuente fotografía que apareció en varios diarios del mundo en primera plana es la rotunda manifestación de una voluntad de continuidad, de respeto al magnífico pasado de esa poderosa nación que los cinco han dirigido, dirigen y dirigirán. Que hay que aceptar, han representado con el gran orgullo de dirigir una sociedad libre, en donde predomina un credo democrático e imperturbable equilibrio político, de la que jamás han huido por sus creencias ni convicciones y a la que millones quieren acudir para lograr la supuesta prosperidad del “sueño americano” para sus hijos y demás descendencia. A pesar de todos los defectos que en una sociedad humana puede haber, esta fotografía capta la continuidad institucional de hombres ciertamente distintos que tienen un objeto supremo que es la defensa de su patria y que relega todas las demás consideraciones a un papel secundario, pero que en esta ocasión se está dando un hecho estrictamente inédito, la asunción al poder de un negro, para no ir más lejos. Es, se dice, l
a imagen del mayor logro de una inmensa organización social que ha logrado prevalecer por encima de las pasiones humanas y las ambiciones personales.

Es todo un símbolo de la generosidad, la grandeza y la buena fe que se basan en el respeto a las instituciones y a los hombres y sobrepasan toda la mezquindad, rapiña y sectarismo que tan fácilmente se adueña de otros pueblos, de otros países, de otras naciones.

MANUEL LÓPEZ DE LA PARRA / Periodista.
Correo electrónico: loppra@economia.unam.mx

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