| ¿“Honorables”?... Por: EL INFORMADOR 21 de diciembre de 2008 - 23:00 hs En lo que deciden si se difunde o no en la televisión abierta, ya está en “You Tube”, accesible desde cualquier computadora, el video de moda: “Canaco Mexicali vs. Aguinaldos Políticos”. Vale la pena buscarlo, verlo, oírlo... y reflexionar acerca de su contenido. No porque contenga nada que no haya sentido, pensado o dicho cualquier mexicano a la vista de las realidades cotidianas que quisiera cambiar, sino porque las sintetiza correctamente y porque las somete al juicio público... —II— En el video de referencia, Marco Julio Reyes, presidente de la Cámara Nacional de Comercio de Mexicali, plantea una inquietud compartida, seguramente, por millones de mexicanos. Algo que —dice— “ofende, desanima, duele...”. Recuerda que, en diciembre de 2007, nueve de cada 10 diputados —“nuestros empleados”, acentúa el empresario— se repartieron 53 millones de pesos que “les sobraron” de su ejercicio. Que en días pasados, los 500 diputados federales se asignaron “el aguinaldo más grande de la historia”: 400 mil pesos per cápita. Que los senadores se repartieron, por ese mismo concepto, 40 millones de pesos. Que los gobernadores se embolsaron, cada uno, entre 300 mil y 700 mil pesos de aguinaldo. Subraya que esas percepciones van libres de impuestos. Invita a que los candidatos vuelvan a hablar de “vocación de servicio” la próxima vez que pidan el voto ciudadano. Implora por “políticos con vergüenza”, con salarios —propone generosamente— por mitad de los que los especímenes de esa “casta dorada” devengan actualmente. Reclama políticos dotados de “humildad, sensibilidad, decencia...”. En fin: casi todo lo que cualquier mexicano expresa —o piensa, al menos— a la vista de la mezcla nauseabunda de ineficiencia con desfachatez, que constituye la regla en el campo de la política. —III— Alguien, tras meditar un segundo el mensaje de Marco Julio Reyes, preguntaba: “¿Qué diferencia hay entre los asaltantes y los políticos?”... La respuesta es simple: los asaltantes, en su oficio, arriesgan el pellejo y aun la vida; los políticos, en cambio, asaltan impunemente... y aún tienen el cinismo de encasquetarse, por decreto, el adjetivo más inadecuado (de hecho, el antónimo del que a muchos les quedaría como cortado a la medida) que existe para el caso en la lengua de Cervantes: “Honorable”. ¡Cómo no...! JAIME GARCÍA ELÍAS Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones