Sábado, 20 de Abril 2024

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Gestión social

Por: EL INFORMADOR


La gestión social es una facultad y también una obligación de los gobernantes. Quienes desempeñan cargos de elección popular, llámense munícipes, diputados, senadores, gobernadores o presidente de la República, lo hacen gracias al poder que les transfiere la mayoría de los ciudadanos que votaron por ellos.

Una vez en el poder, su trabajo debería concentrarse en la conducción de las administraciones públicas, en iniciar, discutir y aprobar las leyes que nos hacen falta y en tomar decisiones que signifiquen respuestas, solución a las necesidades y demandas de la sociedad, sobre todo de la más desfavorecida. No tendría por qué ser tan difícil ¿o sí?

Pues bien, no lo hacen. Creen que lo hacen, alguien les hace creer que van por el camino correcto y todos los que nos atrevemos a cuestionar, señalar, preguntar, inquirir, reclamar y exigir, estamos mal. La descalificación es inmediata, sobre todo si se trata de opositores políticos, de organismos ciudadanos y/o de periodistas.

La postura es que nadie sabe lo que quiere ni lo que necesita, y entonces el gran Gobierno se erige en el salvador de nuestras vidas, es el todopoderoso, el que sí sabe cómo y cuándo hacerlo, y además es infalible. Y cuando la inconformidad es masiva, entonces, primero, se sienten incomprendidos y sin duda alguna furiosos, pero a la hora de anunciar que dan marcha atrás en algo, no se olvidan de exaltar que están atendiendo los reclamos ciudadanos, como si nos estuvieran haciendo un gran favor, cuando es su facultad y su obligación.

El discurso recurrente, políticamente correcto, de la participación ciudadana y la gestión social sólo es palabrería, porque en el terreno de los hechos ni se incentiva, ni se practica, ni se toma en cuenta cuando espontáneamente se da y ni siquiera se considera como una opción a la hora de actuar, es desechada ipso facto.

Así como ganaron elecciones, con campañas más o menos efectivas, con una carrera política más o menos decente, así tendrían que actuar una vez que son Gobierno. Es decir, deberían trabajar, ahora sí, en convencer a la ciudadanía, con base en argumentos sólidos, en propuestas que no dejen lugar a dudas, para que acepte las obras y las acciones que se pretenden hacer. Esto es gestión social.

Lamentablemente, quienes encabezan los gobiernos hacen como que escuchan, arman mesas y talleres para inmediatamente después tirar a la basura toneladas de ideas y propuestas valiosísimas, porque ellos ya saben qué hacer y cómo hacerlo. Se les olvida (podrían hacer un rápido recuento) todo lo que no se ha hecho por la falta de gestión social.

LAURA CASTRO GOLARTE / Periodista.
Correo electrónico: lauracastro05@gmail.com

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