| Fernando Martí Por: EL INFORMADOR 7 de agosto de 2008 - 23:00 hs El secuestro y asesinato del niño Fernando Martí, de tan sólo 14 años, nos pone una vez más ante la cruda realidad. Este país está en manos del crimen. Si después de un hecho de estas características no sucede nada, habrá que renunciar a cualquier esperanza. Porque desde que tengo uso de razón he escuchado las mismas promesas año tras año, sexenio tras sexenio. El niño Fernando fue secuestrado hace 60 días, y después de haber pagado una suma millonaria por su rescate, fue arteramente asesinado de cinco balazos hace aproximadamente 30 días. O sea, que los cínicos secuestradores negociaron a sabiendas de que ya habían ejecutado a su presa. Todo lo que puede estar mal lo demostró lo ocurrido en este secuestro. ¿Cómo es posible que en plena luz del día, en una de las avenidas más transitadas de la Ciudad de México se instale un falso retén para secuestrar a un joven y que nadie se dé por enterado? ¿Cómo puede ser que las familias no sepan a quién recurrir cuando han sucedido este tipo de hechos? ¿Cómo puede ser que no se haga la denuncia porque se piense que las autoridades están involucradas y que la percepción sea acertada, porque cuando se recurrió a la Policía capitalina resultó que desde allí mismo se había operado el secuestro? Si hay algo sucio, oscuro, corrupto hasta las entrañas, es el sistema judicial mexicano, desde los ministerios públicos hasta los más altos magistrados. Los criminales siguen con un índice de impunidad de 99%. Puras promesas ha habido en el caso del Gobierno federal. Planes, programas, discursos, dinero y nada de resultados. En el caso de Fernando, la suma de datos es demoledora: los secuestradores son parte de la Policía capitalina. Trabajan en ella desde hace años. Uno de ellos, José Luis Romero Ángel, había sido designado, apenas hace una semana, jefe del especializado Grupo F63, responsable de la seguridad del aeropuerto de la Ciudad de México y toda la zona metropolitana cercana a él. Ya había trabajado en este sitio (lugar donde se trafica la mayor cantidad de drogas en el país). Las denuncias sobre el modo de operación de esta banda que se hace llamar “Banda de la Flor”, se presentaron desde hace cuatro años. Y en todos los casos, muchos de los mismos involucrados en los secuestros eran los mismos policías que participaban descaradamente en las “investigaciones”. ¿Qué prioridad hay por encima de la vida de los ciudadanos? Ninguna. Hay que cambiar a los policías desde arriba hasta abajo y un policía raso debe ganar 15 ó 20 mil pesos. Y de ahí para adelante. No puede ser que, como ocurre ahora, el narco o el negocio del secuestro les complete el salario. Un policía con estudios universitarios, con prestaciones y reconocimiento social, difícilmente se atrevería a matar a un niño indefenso de 14 años. Debe también cambiar la ley a penas mucho más contundentes, como sería la cadena perpetua para secuestradores y homicidas de niños y mujeres. CARLOS CORVERA / Analista político. Correo electrónico: corveracmx@hotmail.com Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones