Esperanza en las nuevas generaciones

Charlábamos con unos buenos amigos sobre el complejo tema de la gran brecha generacional que actualmente estamos viviendo. Particularmente debido a que la era tecnológica incrementó su poder de dividir las épocas, a partir de los años 80 y más intensamente los últimos 10 años.

Los nacidos recientemente tienen la tecnología en sus manos, bueno en sus entrañas, no tienen más que usarla y la entienden de inmediato, el método del ensayo y el error, es mágico en sus dedos. Igual escriben a una gran velocidad en su celular, que inventan un nuevo lenguaje virtual para comunicarse en las redes sociales. Los video juegos y las laptops, han revolucionado el mundo del entretenimiento y la capacidad de ordenar y organizar la información.

En vez de ponernos pesimistas con tantos cambios y nuevas tendencias, hemos de ser positivos y visualizar que harán modificaciones a lo que nosotros no hemos sido capaces de hacer.

Para empezar, los nacidos en la post guerra estamos seguros de que la cultura del esfuerzo nos ha llevado a lograr nuestras metas, que el trabajo, la disciplina y la determinación son indispensables para conquistar lo que nos propongamos. Sin embargo las nuevas generaciones se han convencido de que la autenticidad y la innovación son el motor que empuja a conquistar las nuevas metas. Si falta una de las dos, no hay esfuerzo, se queda trabado en la pereza y la diversión.

Hay que ser creativos, hacer lo que se quiere, luchar por lo que uno cree, no importa lo que los demás piensen, en especial los papás, de lo que se trata es de poner todo el empeño en lo que se sueña. Sea bizarro o no. Si quiero estudiar para Chef o dedicarme a la aqua cultura, o simplemente ser guardabosques, lo voy a hacer. Aunque se opongan mis padres y la sociedad en general.

Por eso se están rompiendo muchos esquemas, porque las nuevas generaciones se atreven a realizar lo inconcebible para las anteriores generaciones.

Es cierto que las nuevas generaciones pierden estabilidad muy fácilmente y en su afán de buscar nuevas experiencias son capaces de dejar las cosas a medias y de no prosperar verticalmente, se han orientado más a experiencias de tipo horizontal que a alcanzar las cumbres de la especialización.

Es una queja de muchos adultos que los jóvenes de hoy tienden a evadir los compromisos serios y a no mantener un toque de fidelidad a lo que hacen o a las instituciones o empresas en las que trabajan. Se les hace muy fácil cambiar de opinión y dirigirse, de la noche a la mañana, a otro rumbo diferente sin que les preocupen las consecuencias.

Sí, el mundo actual trae muchos cambios y los adultos que no los estudian, comprenden, o simplemente los aceptan como son, corren el riesgo de sufrir conflictos frecuentes con sus propios hijos y con las nuevas generaciones, sin ni siquiera enterarse de lo que pasa.

No pierdas la oportunidad de jugar video juegos con ellos.
Es una nueva esperanza de convivencia.

GUILLERMO DELLAMARY / Filósofo y psicólogo.
Correo electrónico: dellamar@yahoo.com