Viernes, 13 de Junio 2025

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El terrible poder de la burocracia

Por: EL INFORMADOR

Dicen los expertos que la burocracia es un poder sutil, invencible, y además insensible y que no se ve, pero que se siente, causa tensiones y obstruye el mecanismo dinámico del quehacer humano en todas sus facetas.

Los orígenes de la burocracia son añejos y oscuros, y hunde sus raíces en los recovecos que van conformado al Estado moderno, y su influencia es tal, que se convierte en una gran fuerza, oculta en los confines anónimos de la estructura administrativa, de tal modo que crece en número y crece en fuerza, se hace presente en las administraciones públicas tanto de los países desarrollados como en los subdesarrollados, pero adquiere además de ser un poder omnipresente, bien podría ser un portaestandarte de la corrupción.

Lenin, el viejo líder ruso, en pleno proceso de formación de lo que fue la Unión Soviética, apuntaba que el verdadero problema era ejercer un control sobre esa verdadera “mano invisible” que se identificaba como la burocracia, y que a la postre se convertirá en una corriente política determinante en el futuro previsible de ese modelo de socialismo real, factor además de su desmantelamiento posterior entre otros.

Pero, la corriente burocrática entra a América desde los tiempos de la dominación española, y la historia clásica de ese entonces se refleja en la actitud pasiva y veleidosa de Felipe II, que pasa a la posteridad con el mote del “rey burócrata”, pues todos, todos los asuntos de Estado que pasaban por su escritorio, y que consideraba de difícil solución, decía lacónicamente, que el tiempo, sabio consejero, los resolvería en su momento sin prisas y sin titubeos.

Entonces, todo ese fárrago de trámites administrativos, tardados y la mayor parte de las veces innecesarios, superfluos, y además muy costosos, han formado una gran masa pesada, y como decía alguna vez López Portillo, han generado la profundización de un Estado obeso, pesado, lento e insuficiente.

En consecuencia, esa pesada herencia representada por la burocracia, en nuestro medio se ha visto corregida y aumentada, de tal modo que se ha convertido en un modus vivendi para el llamado fenómeno de tráfico de influencias, y por supuesto ha dado pie a la corrupción, y todo esto, a pesar de las varias reformas de la administración pública que se han llevado a cabo, el caso es que sigue asentando sus reales en partes medulares del aparato administrativo en todos sus niveles, y pasa al uso y manejo de los sistemas electrónicos; el papeleo, la ineficacia, la morosidad y el dolo siguen y seguirán presentes en estos tiempos de los modernos.
Así las cosas por ejemplo, hace poco se hizo un concurso dizque para premiar el trámite más innecesario en cualquiera de las muchas dependencias gubernamentales, y la institución triunfadora fue nada menos que el Instituto Mexicano del Seguro Social, cuyos principios altruísticos y sociales se han desvirtuado por la burocratización excesiva de sus servicios, y como si fuera poco, por el trato insolente, despótico, lo que causa protestas, fricciones y descontento en general, además del retraso de asuntos todos ellos urgentes y prioritarios.
Por lo visto, mucho falta por hacer en materia de administración pública, fundamento y razón de ser del Estado moderno. De continuar así, se seguirán resintiendo muchas pérdidas, de tiempo y de oportunidades. También, de valores.

MANUEL LÓPEZ DE LA PARRA / Periodista.
Correo electrónico: loppra@economia.unam.mx

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