Miércoles, 23 de Abril 2025

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El narco y los medios

Por: EL INFORMADOR


Cada vez que colocan un mensaje junto al cadáver de uno de sus ejecutados, o cuando suben a internet un video con alguno de sus crímenes, las bandas de delincuentes quieren exhibirse. ¿Cuál es el papel de los medios de comunicación ante esta guerra, en la que está de por medio la soberanía del país, la salud de nuestros hijos y la seguridad de todos?

Desde luego que hay que informar todo lo que ocurre, pero lo que estamos viendo ahora es una actitud irresponsable en muchos medios que le hacen el juego al narcotráfico. Y eso no es con el objetivo de informar, sino con el de ganar más audiencia o circular más periódicos mediante la venta del terror.

Si hay un decapitado al que le ponen un papel con un mensaje del narco, ¿hay que reproducirlo?

Con esos desplantes, los criminales tratan de intimidar a sus adversarios y buscan reafirmarse a sí mismos dentro de sus códigos de comportamiento. Pero sobre todo intentan generar un clima de aprensión en la sociedad. Quieren crear miedo. Y en esa tarea a veces encuentran la desprevenida colaboración de los medios de comunicación. Cuando un delincuente alardea de sus crímenes, aparte de las retorcidas motivaciones psiquiátricas que pueda tener, busca un efecto social. Los medios de comunicación difunden esas fechorías porque son noticia. En muchas ocasiones la publicación de asesinatos, secuestros y venganzas de las bandas delincuenciales le permite a la sociedad conocer las dimensiones crecientes del crimen organizado y aquilatar su gravedad. Pero la difusión reiterada y atropellada de esos hechos, especialmente cuando se publican imágenes atroces de tales crímenes, puede crear un efecto de aturdimiento y de insensibilidad.

En Colombia, hace nueve años, bajo el principio “preferimos perder una noticia antes que una vida”, los directivos de tres docenas de medios de comunicación establecieron un puntual “Acuerdo por la discreción”, para elevar la calidad y propiciar la responsabilidad en la cobertura periodística de hechos violentos.

El profesor Manuel Vidal Noguera, de la Universidad Javeriana en Bogotá, puntualiza: “Yo jamás sería partidario de la censura a la prensa, por ningún motivo y en ninguna circunstancia... pero sí esperaría de los medios de comunicación que, justo en el momento en que más lo necesito como ser humano aterrorizado y horripilado por los actos de terror, me ayudaran a comprender la situación, a hacerme consciente de ella. A encontrar los asideros racionales del terror, de manera que pudiera reducir y manejar la angustia que provocan”.

Una de las vías para reaccionar ante el crimen organizado se encuentra en los medios de comunicación. Claro, para emprender esa acción conjunta tendríamos que reconocer que hay problemas superiores a las querellas políticas y al estruendo mediático. Una decisión así, más allá de sus consecuencias inmediatas, subrayaría que por encima de diferencias y ambiciones circunstanciales, la sociedad —y en este caso sus medios de comunicación— puede tener causas comunes, nacionales. Aunque sea por elemental necesidad de supervivencia.

La lucha contra las bandas del tráfico de drogas es una guerra, no una contienda política, ni un debate.

CARLOS CORVERA / Analista político.
Correo electrónico: corveracmx@hotmail.com

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