Miércoles, 24 de Abril 2024

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El detestable voto en blanco

Por: EL INFORMADOR


¿Usted sabe quién es el diputado de su distrito? ¿Quién es ahora el candidato a diputado por su distrito? ¿Sabe cuáles leyes han aprobado en su nombre y representación? ¿Alguna vez le han consultado para aprobar leyes? ¿Conoce los antecedentes de quien se postula para presidente de su municipio?, ¿conoce su historial político, a qué grupo de interés responde? ¿Conoce cómo se ha desempeñado en cargos anteriores? ¿Cuáles son sus propuestas para los problemas que le aquejan en su fraccionamiento, colonia, ciudad? ¿Sabe usted si se compromete con cuestiones tan simples como la revocación de mandato (que pueda ser removido si no da el ancho), o la revisión y ajuste de los escandalosos sueldos, premios, incentivos y bonos que se regalan? ¿Les ha exigido como ciudadano, a diputados o presidentes municipales que cumplan con sus obligaciones? ¿O simplemente se ha encogido de hombros mirando para otra parte?

En el año 2000 nos engañaron con el “voto útil” y nos fuimos felices a nuestras casas pensando que ahora sí sería diferente, nos desentendimos de la tarea ciudadana de involucrarse y exigir, de vigilar y proponer. En 2006 nos atemorizaron con el “ahí viene el lobo”, y mansos permitimos que indujeran el voto a favor de quienes se decían salvadores de la patria, que son los mismos que nos han sumergido en el desastre en que vivimos. Ahora estamos de nuevo en el espoteo insoportable, el escándalo, la calumnia, el no permitirnos ver claro, mientras el desencanto se extiende ante la pobreza, la inseguridad, los abusos de poder y la corrupción.

Todo está encaminado a pensar que no hay solución y por tanto debemos votar en blanco porque todo es malo, todo es sucio, ningún político vale nada, nos espera el peor de los futuros y entonces ¿qué hacemos? Votamos en blanco para que vean qué molestos estamos. ¿Quién apreciará nuestro infantil berrinche? Y lo más importante: ¿Qué tan culpables somos de este desencanto? Porque la verdad es que no hacemos absolutamente nada para lograr que nuestros servidores públicos sean mejores, por el contrario, nos volvemos tan cínicos y corruptos como ellos. Resulta cómodo no hacer nada y echarles la culpa a los demás de los resultados de nuestra falta de acción.

La gran pregunta es: ¿Cómo se va a reformar la vida política nacional con los partidos, los congresos, las presidencias municipales realmente existentes? ¿Nuevamente dejando que otros decidan por nosotros y sentándonos a esperar que pase el cadáver del sistema político que no soportamos, pero eso sí, con el secreto triunfo de que anulamos el voto? Como dice un estimado editorialista, somos los ciudadanos de mentiritas, viviendo en el país de mentiritas. No nos extrañemos de las consecuencias de nuestra falta de responsabilidad y dejemos de hacernos las víctimas de una situación social y política que contribuimos a crear, de la que somos culpables en la medida en que cuando se estaba desarrollando miramos hacia otra parte. En este momento, en nuestro país existen dos millones 300 mil desempleados, el kilo de carne de res está a 74 pesos y el kilo de pollo a 56. Estamos en tiempo de elecciones y cobardemente: ¿Votaremos en blanco?

MARTHA GONZÁLEZ ESCOBAR / Divulgadora científica. UdeG.
Correo electrónico: marthaggonzalez@yahoo.com.mx

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