Viernes, 26 de Abril 2024

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El canibalismo

Por: EL INFORMADOR

Ayer... y hoy

Al hablar en esta colaboración de canibalismo, no me voy a referir a lo que actualmente está sucediendo en le PRI Jalisco, en donde sus miembros se están comiendo unos a otros por el poder, es decir, al mal llamado “canibalismo político”, sino al hecho real de que un hombre se coma a otro hombre, es decir, la llamada antropofagia.

Hace ya 10 años, en este espacio relaté un recorrido que realicé por la Sierra Madre Occidental, saliendo de Mazatlán para llegar a Durango; dije que es uno de los trayectos más impresionantes y espectaculares que se puedan realizar en nuestro país, pues es un monumental sistema montañoso que se puede comparar con la Barranca del Cobre en Chihuahua, con cumbres de más de tres mil metros de altura y abismos con cañones de mil metros de profundidad, tiene inmensidades inexploradas y casi vacías, tan desconocida y olvidada que aun en pleno siglo XX se llegó a decir que en ella habitaban pigmeos en cuevas.

En el siglo XVII pocos jesuitas habían llegado a estos rumbos; uno de ellos. Andrés Pérez de Rivas, dio a conocer que en la zona habitaban dos tribus indígenas, los xiximes y los acaxes, sus miembros acostumbraban comer la carne humana, por lo cual salían a cazar a los hombres como si fueran venados, y a continuación, sigue relatando en el libro que escribió el espectáculo que le tocó ver y que le causó “harto horror y pena”; también el historiador Orozco y Berra, en su “Historia antigua de la conquista de México”, narra escenas donde se ve la preparación de la comida con carne humana.

Lo anterior no debe extrañarnos, pues es bien sabido que el canibalismo se practica desde tiempos muy remotos y se sigue practicando a través de la historia hasta llegar a los tiempos modernos. En el mundo animal, comerse a un miembro de la misma especie es una práctica constante, y no se olvide lector que el hombre en la escala zoológica es un animal, aun cuando nosotros nos juzgamos que somos animales cualificados, es decir, de calidad, por eso el canibalismo lo consideramos como un hecho impensable, sin embargo, de que se da, se da, ya que puede ser un recurso de sobrevivencia, es decir, por hambre como en el caso de la llamada “Tragedia de los Andes en 1972”, en donde los jugadores que viajaban en el avión que se estrelló, tuvieron que comerse a los compañeros fallecidos en el choque para fin de sobrevivir.

También el canibalismo se puede dar como una manifestación de rituales sagrados, como fue el caso de los aztecas en el México precortesiano, los cuales para obtener prisioneros y sacrificarlos, tenían las llamadas “Guerras floridas”; o bien por desviaciones psicológicas como el de Carlos Constantino Machuca, que en Morelia, Michoacán, vendía tamales, los cuales rellenaba con carne humana.

ADOLFO MARTÍNEZ LÓPEZ / Escritor.

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