Lunes, 13 de Octubre 2025

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El alcohol obsesivo

Por: EL INFORMADOR


Estamos entrando a una era muy peligrosa en lo que drogadicción y alcoholismo se refiere, cada vez son más los jóvenes que comienzan muy temprano su carrera adictiva y como país, estamos dejando de ser tan sólo el trampolín de paso para los narcotraficantes hacia los Estados Unidos para convertirnos en una nación consumidora de sustancias que alteran el ánimo de las personas.

Desde las famosas pre-copas que se han puesto de moda entre los adolescentes, hasta el consumo de las tachas (éxtasis o metanfetaminas) y llegando hasta la cocaína, se ven ya a partir de los 12 a 13 años niños y niñas con singular naturalidad comenzando su carrera adictiva, el paso a ser consumidores frecuentes se da cada vez más temprano entre las nuevas generaciones.

Es tan fácil, dado la ignorancia de la mayoría de las personas, confundir al alcohol como algo muy diferente a las drogas, cuando en realidad el alcohol es una droga y no de las llamadas “drogas blandas” sino que está en el nivel de las “drogas duras” es decir, es tan fuerte la adicción a este líquido, cuando se es propenso, como lo es de poderosa la cocaína o la heroína.

Lo que pasa con el alcohol es que una vez que se rompe el delgadísimo hilo que separa al bebedor social del bebedor compulsivo, se entra en una carrera muy difícil de corregir, primeramente, porque el alcohol es sinónimo de sociedad y estará siempre presente en toda reunión o evento social, lo que dificulta mucho la sobriedad de cualquier individuo que quiera dejarlo.

Luego, el alcohol es sumamente fácil de conseguir, hasta en las farmacias se pueden comprar botellas. El alcohol es sinónimo de “status”.

No todas las personas que toman vino son alcohólicas, por supuesto que no. Pero hay signos claros que determina quién lo es y quién no lo es. El problema aquí es que quien lo es, tarda mucho tiempo en aceptarlo, en la mayoría de los casos, este reconocimiento o aceptación de que se tiene un problema, llega muy tarde, cuando el individuo ya perdió familia, dinero y trabajo.

El alcohol es obsesivo y es compulsivo. ¿Qué quiere decir esto? Bueno, obsesivo significa que la persona está constantemente pensando en la bebida, si se encuentra por ejemplo en el trabajo, lo único que desea es que llegue la hora de esa primera copa. Y por el otro lado “compulsivo” que quiere decir, que, una vez que comenzó a tomar, no puede parar, hasta que se acabe el alcohol, o termine hasta las chanclas. Por eso se dice, que una copa no es ninguna y que mil no ajustan.

Todo esto se vuelve una vida artificial, en la que se vive para beber, y se bebe para vivir. Es un círculo interminable.

Se termina por vivir una vida a medias solamente, lleno de mentiras, de negación, de crudas acompañadas de temblorinas y de malgastar el dinero, que le corresponde en muchos casos a la  familia.

CARLOS CORVERA / Analista político.
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