| “El Muchacho” (I) Por: EL INFORMADOR 12 de enero de 2009 - 23:00 hs ENTRE VERAS Y BROMAS El gobernador del Estado honró su palabra. Anticipó que la solución urgente a la salud financiera del transporte público no pasaba, al menos de momento, por el bolsillo del usuario... Y cumplió. La decisión anunciada ayer por la tarde, tras conato de suspensión del servicio, es una variante inédita... cuando menos a nivel aldeano: el subsidio de 258 millones de pesos por los próximos seis meses, es una solución política a un problema económico. —II— Consiste, para decirlo en términos comprensibles para cualquiera (“hasta para mí”, acostumbraba decir, en estos casos, el primo Gumersindo), en sacar del bolsillo del contribuyente lo que de ordinario, conforme a las clásicas recetas “de cajón de sastre”, se saca del bolsillo del usuario. O en términos aún más llanos, el incremento demandado por los concesionarios del transporte público no lo pagarán los pasajeros cada vez que aborden un camión: lo pagaremos todos. Puesto que se trató, por utilizar un término taurino, de un quite “a cuerpo limpio”, la resolución tiene dos consecuencias inmediatas: la primera, que la crisis que durante algunas horas mantuvo los cielos de Guadalajara encapotados, con nubarrones de tormenta, quedó conjurada; la segunda, que el señor Emilio González Márquez se erige, en este episodio al menos, en “El Muchacho de la Película”. No obstante todos los “candados” con que el Congreso del Estado intentó reducir la discrecionalidad en el manejo del erario —que tantos escándalos ocasionó en la primera etapa de la actual administración—, es obvio que el presupuesto, de varios miles de millones de pesos, tiene la flexibilidad suficiente para que el señor gobernador haga las reasignaciones que estime pertinentes. De hecho, un mínimo apretón de clavijas (por demás deseable, dicho sea de paso..., y más en tiempos de crisis como los actuales) en el funcionamiento del aparato gubernamental, permitiría ahorrar fácilmente los 43 millones de pesos mensuales que implica el subsidio al transporte público anunciado ayer. —III— El meollo del asunto —“the question”, diría Hamlet— estriba en que los subsidios son a los servicios públicos lo que las transfusiones a las personas: ni son indicios de salud, ni deben prolongarse indefinidamente. (Mañana, con la venia del lector amable, continuará esta película...). Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones