| Don Alfonso y el PAN de hoy Por: EL INFORMADOR 8 de marzo de 2009 - 23:00 hs Con gran afecto para don Salvador. Tuve el gusto de conocer a don Alfonso Díaz Morales hace casi tres décadas, cuando como reportero me tocó entrevistarlo en su papel de presidente de la Cámara de la Industria Maderera en el Estado, que ciertamente no era una fuente que “diera nota” con mucha frecuencia. Afable, discreto, sencillo a más no poder, siempre ofrecía la oportunidad de platicar con él, aunque la información que nos proporcionaba fuera, como ahora se dice, “de bajo perfil”. Era la imagen de un padre que con voz bajita daba algunos datos, explicaba cosas que no eran del dominio común, y se quedaba siempre a disposición de quien lo requiriera para otra ocasión. Muchos años después, ya cuando el Partido Acción Nacional (PAN) estaba en el Gobierno de Jalisco, lo encontré en un cargo relativamente menor de la Secretaría de Educación, en una oficina modesta pero con la misma sencillez y amabilidad, que eran su santo y seña. No era, supongo que nunca lo fue, la imagen del típico burócrata que despachaba las cosas sin poner atención a la dimensión humana de un trámite; mucho menos el funcionario que, con prepotencia, miraba a los ciudadanos como los molestos exigentes de servicios que el aparato gubernamental les dispensa a cuentagotas y de mala gana. Hasta esas fechas, finales de los noventa, me enteré de que don Alfonso había sido uno de los militantes fundadores del PAN en Jalisco. Uno de los pocos que estuvieron en la trinchera, que como jóvenes fueron activistas en los mítines que encabezaron los auténticos abanderados de esa causa que buscaba “una patria ordenada y generosa”, que hablaron para pregonar ante los que quisieran escucharlos, los fundamentos de la doctrina panista que siempre defendió, en el discurso, el bien común por encima de cualquier cosa. Cuando el PAN accedió al poder en Jalisco, en 1995, los que aparecieron al inicio de la fila, para ocupar las posiciones privilegiadas, fueron militantes de nuevo cuño, salvo unas poquitas excepciones. Los que habían trabajado en la calle, en la construcción de comités, en la propagación de las ideas de los fundadores González Luna y Gómez Morín, quedaron en la sombra pero nunca renegaron de su filiación ni combatieron con malas artes para hacerse de posiciones burocráticas. Hoy el PAN en Jalisco es otra cosa. Los grupos que interactúan dentro del partido están permanentemente en la lucha por los espacios de la administración pública, por las plazas, por los salarios, pues. Así lo han mostrado dentro de las precampañas que ayer concluyeron con la elección de candidatos para las presidencias municipales; lo niegan, pero desde las nóminas gubernamentales se ha activado la participación de los que, con oportunismo, se han sumado a las filas de un partido que tiene el poder. Ya la conclusión de este proceso no le tocó a don Alfonso Díaz Morales. No creo que entre los fundadores del PAN en Jalisco haya regocijo por las formas que se siguen para disputar el poder; los dirigentes andan ocupados en negociaciones, transacciones, juegos de oferta y demanda, búsqueda de candidatos con “rentabilidad”, y cosas por el estilo que pertenecen más al terreno de la comercialización y la mercadotecnia que al de la política. En fin, con la pena que aflige a su familia, a sus amigos, a sus correligionarios que se mantienen en la trinchera, hoy elevamos una oración por don Alfonso Díaz Morales. Seguramente, después de las batallas que le tocó librar, ya descansa en paz. VÍCTOR E. WARIO Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones