Doctorado en falta de dinero

Creo que todos los altos funcionarios del mundo han sido ricos siempre. Llegan a ocupar un lugar destacado en el Gobierno de su país y se ven obligados a hablar. ¡Qué bien lo hacen! Aunque suelen ser aburridos y sus discursos llenos de tópicos o estribillos, de forma que uno se parece a los otros, como si todos hubieran ido a la misma escuela.

Actualmente se ha puesto de moda hablar de los pobres. ¡Hay tantos!

Suena muy bien escuchar su preocupación por la pobreza, porque no haya nadie que la sufra. Pero muchos de los que oyen tales discursos se preguntan: ¿Y esos señores saben de qué hablan? Es decir, si los oradores se han visto alguna vez viviendo en ese ambiente. Les falta conocer esa asignatura para saber bien qué es.

Por lo tanto, no estaría mal que todos los que llegan a un alto puesto político y pregonan que algo hay que hacer por mejorar la vida de los pobres, llevaran en su haber de gente preparada para el cargo, la aprobación de una importante materia: la pobreza.

Que no nos enseñen por la televisión esas casas fabricadas con latas y cartón, donde se hacinan los miembros de una familia que mal vive en todos los sentidos. Que pasan hambre, frío, lluvia, incomprensión, desprecio, ignorancia.

Han de desaparecer esas casuchas. Hay que dar a todos los mexicanos un hogar digno, no sólo palabras cuando llegan las elecciones, sobran las pláticas políticas , los pobres no las entienden .

Actualmente, con el ejercicio de preparar el presupuesto del año entrante (¡cómo han trabajado los activos diputados!) también ha sonado la palabra “millones” ¡Cuántos, a pesar de pregonar ciertos recortes! ¿De dónde los sacarán, si el país tiene pocos?
¡Quién sabe! pero se irán repartiendo en necesidades gubernamentales, en sueldos tan fabulosos que parecen insultantes, y son para los altos empleados ¿Y los pobres? Muy buenos para llenar una plática.

¿Y las calles destrozadas? No dicen ni pío sobre este tema, pero la gente se cae entre los desniveles y hoyos que las afean tanto.
Nada de dádivas o limosnas como la sopa boba; trabajo bien remunerado para unos y otros, no esa gran desigualdad que por más que dialoguen no saben deshacer quienes nos gobiernan.

GABRIEL PAZ / Escritora.
Correo electrónico: macachi809@hotmail.com