| ¿Cuesta abajo? Por: EL INFORMADOR 15 de enero de 2011 - 23:00 hs Es curioso observar cómo se desarrolla la política de un país, no sólo en México sino en otros lugares. Hay elecciones. Gana don Pepito López y en seguida los políticos se ponen a pensar y planear quien será el próximo presidente o gobernador o lo que sea, como si el hecho de vivir en la política y de la política no fuera más que un juego de sucesión, de figuración, de fotografías y juntas internacionales donde se gasta mucho y no se gana nada. Aquí está el planeta esperando. El conjunto de promesas que un candidato hace para ganar queda sin cumplirse del todo y da largas a los problemas nuevos que surgen en la nación vamos a ver si se resuelven solos o lo hace el sucesor, que hará lo mismo: hablar. Hay que ver lo bien que se expresan ante un micrófono tanto los presidentes como el alcalde del pueblo más simple, o sea que la política de aquí y de allí parece un concurso de oratoria, no de verdad es que aburre. Como si fuera un juego de adivinanzas, ya están lanzando nombres para las próximas elecciones de presidente, aquí, en México. Y en los Estados Unidos ya están vaticinando el futuro negativo de Obama para las próximas elecciones. Parece ser que no ha tenido el éxito que se esperaba y, como nadie es mago, hay desempleo, emigrantes y etc. No es fácil ser presidente de un país grande ni de un país pequeño. La verdad es que el ciudadano común y corriente que se deshace en su trabajo para llevar pan a su familia, poco tiempo tiene para fijarse en estos detalles de pérdida de tiempo. ¡Cómo lo pierden unos y otros diciendo necedades de los que pretenden llegar a lo alto del poder y cómo prometen los candidatos el oro y el moro al pueblo, que ya no cree en promesas! Este ciudadano a veces se imagina lo difícil que ha de ser gobernar bien y a gusto de todos o de la mayoría y se dice sensatamente: -Yo no aceptaría tan difícil puesto. La verdad que capta nuestro ciudadano es que la patria va escalones abajo. ¿Por qué? Tal vez porque somos muchos, quizás porque somos pobres, sin duda porque hay malos ejemplos, seguramente porque los que gobiernan no saben gobernar, a lo mejor porque estamos mal educados. Necesitamos buenos maestros. Que nuestra cultura y vida sean ejemplares. ¿Por qué no empezamos por ahí? Escuche usted la conversación del maestro que está formando a su hijo y anote las palabras que no dice bien: haiga... digieron... Puede ser que el papá diga lo mismo, pero si es un hombre de mediana cultura ha de quedar asustado. El hijo repetirá lo que dice el maestro, el padre tratará de corregirlo y el pequeño se inventará su propio idioma. El día de mañana nos dará el resultado. Toluca, enero 2011 Temas Gabriel Paz Lee También El Nobel, ¿Es el principio del fin? El "próximo premio será la libertad de Venezuela": María Corina Machado Trump dará discurso en la asamblea israelí y presidirá la ceremonia de paz en Egipto Netanyahu lamenta que Trump no haya ganado el Premio Nobel de la Paz Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones