Martes, 13 de Mayo 2025

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Clarificaciones sobre Pemex

Por: EL INFORMADOR


El debate es interesante, pero sin conclusiones; argumentaciones en contra o a favor no son sumadas; tiempo que pasa sin cuadrar, mucho menos armar una propuesta mejor que integre las aportaciones de los expertos invitados. Varios analistas coinciden: se ha realizado un enorme esfuerzo que no es recogido. Para unos, la ideología del rechazo a la privatización de Petróleos Mexicanos (Pemex) domina, pero se olvidan que privilegiar la apertura del mercado es también una ideología. ¿Dónde está entonces la posibilidad de encontrar puntos de coincidencia cuidando los intereses de México?

Por ello, y para ofrecer puntos de apoyo que contribuyan a clarificar, este espacio inicia con lo expresado por Jorge Eduardo Navarrete: La reforma energética enviada no es tal, es sólo una reforma petrolera; tampoco es una reforma integral petrolera, sino una reforma de la forma de operar. La urgencia de su aprobación se basa en las cuotas de petróleo que Estados Unidos necesita y no en las necesidades de los mexicanos; cuotas que ponen en riesgo el abasto del mercado nacional, pues cada vez menos países están exportando, protegiendo su futuro; sin embargo, ya se ha llevado a Pemex a entregar 82% del crudo sólo a cuatro empresas estadounidenses.

La propuesta que incluye crear empresas paralelas que “acompañen” a Pemex, conlleva a dejar a Pemex desmembrado, socavado y empezar a poner los recursos en empresas que ya no estarán bajo el cuidado constitucional, convirtiendo a Pemex en sólo una agencia controladora de contratos que ofrezca impuestos al Estado, perdiendo la fuerza y, desde luego, la posesión de los procesos intermedios que son los que más ganancias generan.

La propuesta presidencial considera aumentar las refinerías donde Pemex sea socio, pero no obliga a que sea en suelo nacional; de hecho, y bajo este esquema, ya han adelantado una en Estados Unidos con participación de Pemex que ofrece trabajo a estadounidenses, en lugar de que se construyan refinerías en México para tener empleo y control. En la propuesta enviada tampoco se toca al sindicato y sus prebendas, y el Estado se excluye de actividades que constitucionalmente están conferidas, precisamente, al Estado.

Algunas sugerencias que han sido aportadas en el debate para modificar la propuesta: Dar a Pemex un régimen financiero con margen de maniobra para garantizar expansión; la recuperación de Pemex sería más lenta, pero cuidaría este energético para la seguridad de los mexicanos. Hace falta que Pemex garantice abasto y precio para los mexicanos, no que sea proveedora de Estados Unidos. En cambio, sí es necesario que Pemex entre a los procesos industrializadores y exporte petrolíferos: gasolina, aditivos, etc., productos que tienen un valor agregado y que generarían ganancias mucho mayores.

Y para concluir este artículo, que no el análisis, un lector pregunta: ¿Por qué, si ya se sabía de la situación de Pemex, no se hizo un rescate petrolero en lugar de un rescate bancario —Fobaproa—, deuda que los mexicanos pagamos y que beneficia a bancos extranjeros? ¿Qué no hubiera sido más productivo para la nación rescatar a Pemex y que, al final, éste siga siendo punto de soberanía y seguridad de México?

LOURDES BUENO / Investigadora de la UdeG.
Correo electrónico: lourdesbueno03@yahoo.com.mx

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