Ciberespacio: nuevo campo de batalla

En las últimas semanas tuvimos varios recordatorios de por qué los grandes retos a la seguridad nacional rápidamente se están trasladando del mundo real al mundo cibernético. Esta semana se lanzó una advertencia global por la amenaza que representaba el virus llamado Día de los Tontos, o Conficker, que ha infectado a un estimado de 15 millones de computadoras desde el pasado otoño en todo el mundo y se suponía tomaría control de este ejército de computadoras el pasado 1 de abril. Afortunadamente, hasta el momento de publicar esta columna, los efectos han sido mínimos y controlados, aunque los expertos consideran que el riesgo sigue latente ya que temen que este virus, si no es controlado actualizando los parches del sistema operativo Windows o por un buen antivirus, pueda robar detalles de cuentas bancarias personales, mandar spam desde cada una de las máquinas controladas remotamente o provocar que algún sitio conocido de internet se colapse. Este virus se propaga a través de internet o mediante el uso de me
morias USB infectadas, atacando principalmente a computadoras que operan con versiones piratas de Windows y que por lo tanto no se encuentran actualizadas.

Otra información que hizo nota recientemente fue un reporte publicado por especialistas en seguridad informática canadienses, en donde ponen al descubierto la más amplia red de espionaje, al menos en el número de países que han sido afectados, 103 hasta donde van las pesquisas y alrededor de mil 300 computadoras infiltradas, incluyendo equipos que están en embajadas, ministerios, oficinas de Gobierno, entre otros muchos tipos de sitios.

Hackers que buscan información, o controlar computadoras a control remoto, claramente son amenazas a la seguridad nacional de cualquier país. Pero estas amenazas no se comparan con el impacto que tendrían otros tipos de amenazas que se esconden en el ciberespacio.  

Para los que son fans de la serie de televisión 24, esta eventualidad es parte del guión de esta temporada. Agentes de un Gobierno extranjero buscaba presionar al Gobierno de los Estados Unidos para cambiar su política exterior ante un conflicto en un país africano. Este grupo amenazó con llevar a cabo actos de sabotaje que incluía hacer chocar un avión y hacer explotar una planta donde se producían substancias altamente tóxicas. Esto lo harían tomando control de las computadoras de los controladores aéreos y de la planta misma.

Para afrontar esta amenaza, las Fuerzas Armadas y las agencias de inteligencia estadounidenses y europeas cuentan con personal capacitado que constantemente enfrenta a esos intrusos, quienes las más de las veces actúan a título personal, aunque también el terrorismo organizado ha puesto en jaque virtual a estos países. Pero, en el conflicto iraquí, muchos hackers fueron reclutados para las cibermilicias que actuarían en contra del régimen de Saddam Hussein en acciones de espionaje y sabotaje.

El ciberespacio es todo un mundo por descubrir, conquistar e imaginar, en el que generalmente no existen leyes; cualquiera puede apropiarse de la información que existe. La libertad desmedida origina un flujo de información desbordada y los románticos piratas de antes, ahora llamados hackers, siembran el terror entre los usuarios, como antes lo hacían con los galeones españoles o ingleses.

ANA MARÍA SALAZAR / Analista política.
Correo electrónico: anamaria@anamariasalazar.com