Buena actitud, resultados pendientes

Desde aquel señalamiento que hiciera el presidente entrante del Centro Patronal de Jalisco en su toma de protesta, Pablo Lemus Navarro, se puso en evidencia la necesidad que perciben los empresarios jaliscienses de contar con la certeza de que los grandes proyectos del Estado se pueden llegar a realizar y no solamente discutir, ya que por años se ha venido hablando de las plantas de tratamiento de agua, la Presa de Arcediano, la conclusión del Periférico, la construcción del Macrolibramiento para Guadalajara y el libramiento para Puerto Vallarta, y ninguna de ellas se ha llegado a materializar.

Al parecer, esa sensación de rispidez quedó atrás después de la reunión que celebró el lunes pasado el gobernador Emilio González Márquez con algunos miembros de su gabinete y un nutrido grupo de empresarios, que le cuestionaron sobre el liderazgo efectivo en el Estado para enfrentar los problemas que tiene.

Ante esto, el gobernador se mostró abierto y respetuoso, sin ser contestatario como en aquella misma sesión del Centro Patronal de Jalisco en que les hizo ver a los empresarios lo poco que han subido los sueldos de los jaliscienses registrados en el Seguro Social durante el último año.

Aunque en aquella ocasión ofreció fechas muy próximas para que inicien las obras mencionadas, en ésta fue el secretario de Desarrollo Urbano, Sergio Carmona, quien dijo que el Macrolibramiento podría iniciar entre octubre y noviembre, la Presa de Arcediano en octubre, las plantas de tratamiento quedarán licitadas a mediados de julio y que en estos días estarán trabajando en la liberación de los derechos de vía para la conclusión del Periférico.

De acuerdo a empresarios entrevistados, lo más valioso de la reunión fue la apertura gubernamental, así como el acuerdo de reunirse mensualmente con los representantes de las cúpulas empresariales y cada 60 días con el grupo ampliado de empresarios.

Tal vez esta nueva forma de aproximarse a los actores le funcione bien al gobernador González Márquez para efectos de imagen, pero más allá de esto, lo que importa es que los grandes proyectos de Jalisco vean la realidad.

El inmovilismo que se ha percibido ya por años en el Estado en diferentes actividades y proyectos no es sólo materia de la política, y por lo tanto no se pueden fincar las esperanzas de que todo cambie para bien por una mera reunión plagada de buenas intenciones.

Para hacer que las cosas sucedan se requiere mucho más que seguimiento puntual y buena voluntad; se necesita que exista el afán de trabajar en conjunto, aunque cada parte deba sacrificar algo por una causa común que aglutine los intereses de las diferentes clases que componen la sociedad. En Jalisco hubo buenas experiencias en este tenor cuando empezaba la segunda mitad del siglo XX, pero algo ha venido sucediendo que nos ha hecho apáticos.

Superar este trance de la noche a la mañana se antoja iluso, pero la cordialidad entre empresarios y gobernador puede ser un primer paso. Al tiempo.