Viernes, 26 de Abril 2024

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Bases de la nutrición agrícola

Por: EL INFORMADOR


El objetivo: la nutrición de las plantas en cultivo. En las colaboraciones de los últimos domingos, en esta misma página, hemos expuesto factores que involucran el concepto universal de la nutrición de los vegetales a partir del estado de un suelo agrícola en equilibrio de los elementos concurrentes. En ese contexto se mencionó la importancia del pH o reacción del suelo; la importancia misma de la presencia de humus; antes habíamos mencionado la teoría actualizada y aceptada, del origen de los suelos cultivables.

En la presente exponemos ante nuestros amables lectores la importancia de la química-física en la cual aparecen…

Los coloides

Se llaman coloides los corpúsculos de tamaño inferior a dos milésimas de milímetro.

Cuando los cuerpos sólidos presentan estas dimensiones, la superficie de las partículas aparece cargada de electricidad, lo que les permite adherirse a cuerpos con electricidad de signo contrario, de donde derivan nuevas propiedades de la materia a causa de su tamaño infinitesimal: los tratamientos agrícolas –citamos ejemplo- antiparasitarios con productos pulverulentos o en polvo, sólo tienen eficacia cuando el diámetro de las partículas es coloidal porque de esta forma quedan adheridos fuertemente a las hojas y tallos, por atracción eléctrica (este es un aspecto que mucho interesa cuando se establecen programas de aplicaciones por aspersión) igualmente la mezcla debe ser homogénea si por ejemplo utilizamos caldo bordalez que tiene como base el cobre y la cal; sin que olvidemos pesos específicos, pesos moleculares y valores atómicos. Sin embargo, físicamente los estomas en las hojas de las plantas tienen un período de apertura en condiciones de luminosidad que, igualmente influye en la atracción de que habla
mos arriba. Otro ejemplo: la curación de la gastritis con hidróxido de aluminio y subnitrato de bismuto recomendado por los médicos en medicina humana, se funda entre otras causas, en el grado de división de los productos, que surten efectos permanentes cuando se encuentran divididos el estado coloidal, porque su adherencia a la mucosa gástrica es mucho más persistente cuando la división es menos perfecta.

Así en los suelos agrícolas la arcilla es considerada como un coloide del suelo de carácter anfótero, que presenta electricidad positiva y electricidad negativa en los diversos planos de su estructura cristalina.

Aquí hemos de hacer énfasis en la consideración de que el humus es otro coloide cuya superficie aparece con cargas eléctricas negativas.

Los sesquióxidos (unidad química) de aluminio y hierro, y la caliza, al estado de coloides, presentan electricidad superficial de signo positivo.

Los coloides del terreno pues, retienen iones en su superficie por atracción eléctrica, lo que promueve cambios iónicos con la solución del suelo, en cuya virtud un ión fijado por el coloide pasa al extracto acuoso, mientras de la solución se adhiere al coloide en sustitución del anterior, siguiendo leyes correspondientes.

Cuando se aportan abonos al suelo las partículas coloidales del mismo retienen en un primer tiempo ciertos fertilizantes, impidiendo que filtren con el agua, para dejarlos pasar después a la solución en forma gradual, de donde son absorbidos por las raíces. Así, pues, dichos coloides tienen una importancia de primer orden en el metabolismo de los abonos.

Aspectos de la nutrición

Por otra parte, la alimentación radicícola de las plantas se realiza también mediante cambios iónicos, donde las raíces expulsan iones de desecho, para absorber otros del extracto acuoso del terreno.

Los coloides del suelo no se encuentran aislados, sino que se reúnen por atracción eléctrica, para dar lugar a grupos diversos. El más importante de todos tiene como ingredientes la arcilla, humus y calcio, al cual se le denomina complejo arcilloso humito, o complejo absorbente del terreno.

La arcilla: propiedades

Se llama arcilla a los silicatos del suelo con tamaño coloide o inferior a dos milésimas de milímetro, como ya hemos expuesto líneas arriba; de tal manera que el diámetro infinitésimo da lugar a fenómenos eléctricos de atracciones y repulsiones con elementos químicos del terreno, que tienen un gran interés agrícola.

Sin que necesariamente tengamos microscopio a la vista podemos entender que las arcilla se componen de dos o tres láminas, o mallas cristalinas, de sílice y alúmina, supuestas paralelas, a distancias variables con la humedad, temperatura y otros factores. Se dividen pues en los siguientes grupos o familias: caulinitas y haloysitas, montmorillonitas, illitas y versiculitas; este último se ha venido usando muy comúnmente en cultivos hidropónicos como sustrato de sostén inclusive. Nos vamos pues a las bases de la…

Fertilización agrícola

Fertilización orgánica. La materia orgánica del suelo procede, como ya es más que conocido, de la descomposición de seres animales, de residuos vegetales y de microbios que existen en él. No obstante, solamente los restos de plantas: raíces, tallos y hojas, dan lugar al tantas veces mencionado humus, que es parte integrante de la materia orgánica, y que se ha venido calculando su proporción variable de 25 al 50 por ciento.

Un suelo se enriquece en materia orgánica por los restos de la vegetación espontánea que produce; al incorporar plantas en verde; por aportación de estiércol, y otras sustancias humitas; por residuos de cultivo, y por despojos de una infinidad de microbios y animales que pueblan el suelo.

La pérdida de materia orgánica se puede producir por las siguientes circunstancias:

Por las repetidas labores de labranza –que influye cuando se utilizan implementos en malas condiciones de trabajo o, se sustituye discos dentados en las rastras o bien, se utiliza el arado de discos que, en todo momento debe pensarse en alternarlo con el de reja-, las labranzas repetidas a la vez que airean el suelo también activan la mineralización y calcinación de los compuestos orgánicos. Por otra parte las lluvias constantes erosionan el suelo de humus. El caso extremo de esta circunstancia lo encontramos en suelos lateríticos -parte de la región tequilera-, donde dicha sustancia se encuentra al estado de trazas.

La influencia climática

Los climas en donde las temperaturas son mayores a los 25 grados centígrados, como en la región costera de Tomatlán al Tuito, favorecen más la destrucción de materia orgánica, lejos de producirla. Es por ello que se les califica de destructores de humus, donde para conservar cierto nivel humito se requieren grandes adiciones de dichos compuestos.

Cuando la producción de materia orgánica es mayor que la destruida, aumenta su contenido en el suelo, recíprocamente. Pero en condiciones normales se llegan a estados de equilibrio que mantienen en cada suelo y en cada clima un nivel de riqueza orgánica.

Desde esta página enviamos un saludo y un reconocimiento al ingeniero Roberto Rivera, por sus diversas aportaciones a la dinámica de los suelos agrícolas.

Los técnicos productores y agricultores podemos, más que informarnos entender toda la mecánica, logística y movimientos dinámicos que se producen en los suelos agrícolas vía aportaciones de materia orgánica; porque, para que ésta llegue a los objetivos de conversión y mejora requieren de un tratamiento que en Jalisco apenas inicia -en otros estados ya es común- con base en enzimas cuya función química biológica acelera y estabiliza las relaciones suelo-planta-agua.

Entendiendo el vocablo o término de compostación, llegamos a la conclusión de la necesidad enzimática para el efecto. La durabilidad del estado de equilibrio en las relaciones de partículas del suelo y partículas externas, mucho tiene su base en la utilización de bacterias especializadas que en la práctica tienen su aplicación por métodos de aspersión.

Advertencia

No debe considerarse favorable que el suelo tienda a acumular humus en grandes cantidades porque ello le significaría escasa potencia microbiana para descomponer la materia orgánica, tanto como para hacer asimilables los distintos componentes del suelo en donde reside la fertilidad de la tierra.

Los terrenos fértiles contienen cantidades medias de humus, sin tendencia a acumular ni a destruir, donde aportaciones corrientes de materia orgánica mantienen niveles constantes de dicha sustancia.

Agradecemos la gentileza de amables lectores interesados en el tema, así mismo reiteramos la disposición de nuestro correo electrónico; por tanto y previa venia de los mandos editoriales hemos de continuar la exposición en próximas colaboraciones.

ROBERTO SIERRA B. / Ingeniero agrónomo, asesor y consultor.
Correo electrónico: ing.sierra@yahoo.com

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