Ayer... y hoy

¿Después del número uno qué sigue? El número dos. ¿Qué sigue después de malo...?

En al ayer, hace varios años (pero no tantos como para no recordarlos), el estar preparando un viaje al Cercano Oriente, se me dijo: “Puede hacerlo sin ningún pendiente, Jordania es “la comadre” de la región, es el país más seguro de toda la zona, con nadie está peleando y nadie pelea con ella; en cuanto a seguridad personal no hay problema, está peor México que esos países”.

Al principio me pareció exagerada la comparación, no obstante que ya se sabía en ese tiempo que nuestro país estaba en situación preocupante por la gran cantidad de delitos que se estaban cometiendo.

Con esos antecedentes realicé el viaje, del cual en esta columna y en varios artículos me referí, dando cuenta que efectivamente los turistas no tuvimos ningún problema, recorrí el Egipto milenario, navegué por las tranquilas aguas del Río Nilo, me maravillaron las faraónicas pirámides a las que, sin restarles espectacularidad, los que hemos estado en Teotihuacan o en Tikal pensamos que estas ciudades no perderían si hiciéramos una comparación; bajé a las tumbas de los faraones; en Turquía, Asia Menor, después de recorrer los Valles de Uchisar, Goreme y Pasabag, me impactó Capadocia en la Anatolia y las famosas “Chimeneas de las hadas”; el Desierto de Jordania y el Mar Muerto no me fueron ajenos, y en Tierra Santa conocí la manzana de la discordia de la zona: Jerusalén.

Aprovechando el viaje, invité a varios compañeros turistas a mi país, les informé de las bellezas de México y sin embargo ninguno aceptó la invitación, pues todos dijeron: “Sabemos de las bellezas de su patria, pero la situación actual en ella nos dice que no podemos ir por la inseguridad, estamos enterados que en el mismo aeropuerto asaltan a los turistas y los matan; en otra ocasión será ese viaje, ya que mejores las condiciones”.

Pasaron ya varios años, en el hoy la situación en México, en vez de mejorar en seguridad personal de los habitantes poco a poco ha ido empeorando, a tal grado que a pesar de los esfuerzos del gobierno de Felipe Calderón para combatir el crimen y la inseguridad, por segundo año consecutivo, en 2009 Ciudad Juárez, Chihuahua, se mantiene como la ciudad más violenta de todo el mundo, pues en lo que va del sexenio ha dejado 15 mil 006 víctimas, lo que la coloca por arriba de Bagdad en Iraq, que tiene 40 muertos por cada 100 mil habitantes por 132 defunciones en Ciudad Juárez.

El saldo de esos primeros tres años de este Gobierno es de 15 mil 006 asesinatos, muy por arriba de los 13 mil 634 muertos por violencia en Colombia en cinco años (entre 2002 y 2007). Ciudad Juárez, con un millón 405 mil 272 habitantes, registra dos mil 216 víctimas en lo que va del año, lo que la coloca con 159 asesinatos por cada 100 mil habitantes, o sea es la ciudad más violenta del planeta Tierra.
Los anteriores datos fueron presentados ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, por organizaciones no gubernamentales, y esto, aun cuando nos duela decirlo y me resista a confesarlo, es la cruda realidad.

ADOLFO MARTÍNEZ LÓPEZ / Escritor.