Domingo, 22 de Junio 2025

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Ayer... y hoy

Por: EL INFORMADOR


Continuando mi artículo de la semana anterior y mi charla con mi amigo el Churiquis, le pregunto:

— ¿A su amigo “El Nopalito” por qué le dicen así?

— Es que es muy chaparrito, no creció y dice que si se hubiera tardado en nacer no habría nacido, pero en cambio la Naturaleza lo compensó, ya que según dice: “Es un gigante del pensamiento”.

— ¿Y a él qué le encargaron investigar?

— Él va a dar a conocer “la antropometría del cacomixtle” y cuántos tonos tiene el color “verde venado”, pues jura y perjura que las plumas del venado que él conoció eran de ese color y quiere compararlos “con el verde violín” que tiene ese instrumento, el cual también toca.

— ¿Y a Geandra Leandra qué comisión le dio el grupo “la mafia intelectual de Tapalpa”?

— A ella, por ser mujer, se le encomendó que viera por qué las gallinas no usan faja, y explicara las ventajas de que usaran brassier; igualmente va a estudiar las razones del por qué en el corral, donde las gallinas cantan como gallo y los gallos cacaraquean es segura la pelea.

— Y a usted, Churiquis, además de investigar qué es “la nada”, ¿qué encomienda le asignaron en ese grupo de intelectuales?

— Como tan sólo soy “un pobre venadito que habita en la serranía”, soy el coordinador de los trabajos y resultados que obtenga el grupo, y como no tenemos en Tapalpa “Escuela de cafetería y letras”, me encargaré de expedirles los diplomas que los acrediten como “Filósofos de la Sierra”, también tengo a mi cargo que los trabajos se publiquen en un libro y ahí entra usted, porque queremos que nos asesore para que se pueda llevar a una editorial para su publicación y conocimiento, ya que nos gustaría que en la próxima Feria del Libro se presente y se comercialice ese volumen.

Pero para evitar que nos fuéramos a ahogar en esas profundidades del intelecto, o nos volviéramos lurias como los filósofos que conocemos, le propuse a mi amigo que nos bajáramos de las nubes en donde andábamos y que ya en la tierra la disfrutáramos con unos ponches de granada, de tamarindo o capulín, y los acompañáramos con alguna panela o queso de los que aquí se fabrican, y que completáramos la comida con unos tamales de acelgas, que son propios de la Sierra, y como él aceptó, lo que nos faltaba del día nos la pasamos muy a gusto.

Y ahora sólo me falta desearles a mis pacientes y amables lectores, que 2009 sea un año venturoso, a pesar de la crisis que sufrimos.

ADOLFO MARTÍNEZ LÓPEZ / Escritor.

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