Los Cristos sangrantes, Precisemos: La palabra “Cristo”, según el diccionario, significa “El ungido de Dios hecho Hombre”; pero al ser clavado en la cruz se convierte en “crucificado”, o sea “Cristo en la cruz, o imagen de Jesús crucificado”. En la Semana Santa anterior, al estar disfrutando de paz y tranquilidad en medio del bosque de Tapalpa, parece que el sentimiento religioso se me acentuó, por eso en este artículo me voy a referir a los Cristos sangrantes que en México y distintos países he conocido: Todo viajero que recorre México, cuando llega al Estado de Chiapas, manifiesta que llegó a un mundo aparte, pues ve que ahí el cristianismo verdadero no ha penetrado en sus habitantes, pues en sus altares y capillas se pueden ver santos fantásticos, grotescos, que lo hacen a uno estremecer por la horripilancia que manifiestan, pues parecen ser demoníacos: Fray Toribio de Motolinía así los describe: “Porque tenían muchos dioses, de piedra y de palo, de barro, y los hacían también de masa y semillas; unos como figuras de obispos con sus mitras, unos tenían figuras de hombres y otros de mujeres”.En Guatemala, la crueldad fue llevada hasta la náusea y el horror, a los Cristos como el Jesús Nazareno de la Merced, en la “Antigua”, se le ve la carne hecha jirones y bañado por completo de sangre. Otros Cristos famosos En los templos católicos de países de Europa hay infinidad de Cristos: en la Catedral de Milán, Italia, está un crucifijo de cobre que data del siglo XI; en la ciudad de Tilde, en Las Palmas, está un crucifijo de dos metros de altura que sólo pesa seis kilos, hecho de pasta de caña de maíz, por lo que se cree fue elaborado en Michoacán, México; en Barcelona, España, en catedral está “El Cristo de Lepanto”; una leyenda cuenta que en plena batalla de ese nombre, se agachó para evitar el impacto directo de un cañonazo. Pero de todos los crucificados europeos destaca el “Cristo de Asís”, se le conoce también como “El Crucifijo de San Damián”, fue pintado sobre tela y luego pegado en madera, data del año 1100; se cuenta que a través de él, Dios habló a San Francisco y le dijo: “Francisco, vete, repara mi casa, que como ves, se viene del todo al suelo”.Pero quizás el más impresionante, pero a la vez el más desconocido, sea “El Cristo de la Catedral de Burgos”, en España, hecho con una piel humana, al cual describí en detalle en mi “Libro de Prodigios”. ADOLFO MARTÍNEZ LÓPEZ / Escritor.