Jueves, 25 de Abril 2024

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Atemorizar a la prensa

Por: EL INFORMADOR


Desde hace ya más de cinco años, México es el país más peligroso para el desempeño periodístico en el Continente. Los asesinatos de periodistas se han repetido a los largo de los últimos años; desde Veracruz, Tamaulipas, Sonora y ahora Chihuahua han sido espacios mortales para comunicadores en el desempeño de su labor. Las autoridades inclusive han dispuesto la creación de unidades especiales de investigación de estos delitos, con resultados muy pobres.

El ambiente en el desempeño de la labor periodística es de mucho respeto por algunos temas relacionados con el crimen organizado, y de temor en muchos casos. Los periodistas y los funcionarios de los periódicos se enfrentan a una restricción de hecho en la libertad de investigación, expresión y publicación de sus trabajos. Los propietarios y las empresas están sujetas a presiones irregulares que afectan su desempeño de cara a las audiencias, que por otra parte demandan más información, entrando en una suerte de espiral de temor y morbo que crispa el ambiente social.

Amordazar de hecho a la prensa ha sido siempre una tentación de los grupos de poder de facto, desde los ejércitos hasta las mafias a lo largo de la historia de las libertades. Ahora mismo parece haber una ofensiva contra los periodistas y los medios, con una amplia gama de atentados que van desde los asesinatos, como el cometido en Ciudad Juárez la semana pasada, hasta la granada del lunes en el periódico “El Debate”, de Sinaloa.

Cuando los medios deciden restringir los temas que investigan y difunden entre sus audiencias, de hecho faltan a una de sus razones de ser: informar y crear conocimiento pertinente para la población a la que sirven. Por otra parte, las autoridades están pidiendo a los medios una práctica más apegada a la razón y más lejos de la intención de explotar las emociones que despiertan las notas que describen la violencia cada vez más cotidiana.

Existen signos preocupantes que muestran que hay una suerte de auto contención en la prensa por razones de seguridad, las empresas están llamando la atención de las autoridades, los periodistas levantan la voz, y la sociedad mira con estupor que la violencia puede acallar a cualquiera. Una de nuestras más valiosas libertades, la de ser informado, está cada vez más amenazada por la impunidad.

Ha llegado la hora de la acción conjunta de las autoridades federales con la industria de la información y la comunicación, al lado de los periodistas, para seguir una estrategia conjunta, puesto que de nos ser así muchas empresas pequeñas, y muchos periodistas, serán sujetos de extorsiones y crímenes que producirán el peor de los males para una sociedad democrática: el silencio producido por el miedo.

Ignorar los hechos y hacer como si nada sucediera es una burda maniobra de distracción. Como siempre que la violencia impera, hay que preguntarse quién quiere el silencio de la prensa, por qué lo quiere y quién gana con ello. Responder a estas cuestiones será un homenaje que las autoridades deben hacer a quienes ya han perdido la vida.

LUIS SALOMÓN / Doctor en Derecho.
Correo electrónico: lsalomon@iberlinks.com.mx

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