Al pendiente de nuestra familia

México tiene prisa

En alguno de los viajes que tuve la oportunidad de realizar a España, me encontré con un panfleto en Madrid en el que el Gobierno local invitaba a los padres de familia a que reflexionaran sobre que no siempre los hijos ajenos, los de los vecinos o los amigos, son los que beben alcohol en exceso o consumen drogas, e incluso puedan estar involucrados en actividades ilícitas.

Esto lo digo porque a propósito de los lamentables hechos registrados en una discoteca de la Ciudad de México, a cuyos familiares de las víctimas externo mi mayor solidaridad y condolencias por la pérdida de sus seres queridos, si bien es cierto que es obligación de la autoridad cuidar del orden colectivo y que se respeten las leyes, también lo es que los padres de familia, y antes que cualquier autoridad, somos los responsables de saber en dónde se encuentran nuestros hijos, quiénes son los que se reúnen con ellos, y sobre todo a dónde van y a qué hora regresan, y muy particularmente cómo regresan a nuestras casas.

Esta reflexión está hecha a la luz de los señalamientos públicos que indican sitios riesgosos para la vida de nuestros hijos, por lo que invito especialmente a la comunidad a que cuando detecte algún escenario crítico para el sano desarrollo de nuestros hijos, lo denuncie inmediatamente a las autoridades correspondientes.

Existen muchos mecanismos, incluso de manera anónima, ya sea por teléfono (089) o internet: www.consejociudadano.com.mx, en los que sin mayor requerimiento pueden denunciarse áreas de venta de drogas o sitios clandestinos de venta de bebidas alcohólicas, al margen de la ley, como aparentes centros de entretenimiento, a efectos de que intervengan las autoridades para resolver la situación.

Si nosotros platicamos con nuestros hijos, ellos nos dicen lo que está pasando adentro, por lo tanto disponemos de información que podemos corroborar, pero también insisto, la obligación primaria es de los padres de familia, de los propios hermanos, de los tíos, de los abuelos… recordemos que una de las grandes fortalezas que tenemos en México es la vigencia de la familia y lo que ello implica.

Por favor, cuidemos a los integrantes de nuestras familias, debemos estar muy pendientes de sus necesidades y sus circunstancias, comprobemos que se encuentren bien y en el eventual caso de que exista algún problema, abordarlo con calma y prudencia, e incluso con apoyo profesional si el caso lo requiere, para resolverlo con oportunidad y sin mayores consecuencias.

No siempre los hijos de los demás son los que consumen alcohol en exceso o se drogan o están implicados en ilícitos, quizás también podrían ser los nuestros, por lo que tenemos que estar muy pendientes de nuestra familia, porque no olvidemos que México tiene prisa de una sociedad más próspera y por ello debemos cuidar mucho a nuestra familia, que se encuentre sana principalmente en lo físico y lo moral, convencidos sin duda alguna de que lo mejor está por venir.

RAÚL ALEJANDRO PADILLA OROZCO / Ciudadano y empresario.
Correo electrónico: rapo@rapo.com.mx