| A los maestros Por: EL INFORMADOR 15 de mayo de 2008 - 23:00 hs Un buen maestro es el que enseña a pensar, a razonar, a plantearse preguntas… es el que conoce cuál es el potencial de cada estudiante y cómo desarrollarlo; y, esta definición, en un país donde el trato a los maestros es cada vez de menor aprecio, se mira como un enorme esfuerzo de los educadores por lograr un buen trabajo a pesar de todo… a pesar del sistema y sus yerros, a pesar de los medios de comunicación, de los problemas sociales del entorno y sus efectos, a pesar de las repercusiones de un sistema económico que ha empobrecido a los mexicanos obligando, en ya demasiados casos, a ambos padres de familia a trabajar tiempo completo con el frecuente abandono —involuntario— de sus hijos o, por lo menos, con una pobre atención. El pago a los maestros sigue siendo bajo, aunque estadísticas malabáricas digan lo contrario; la compensación no llegará con una nivelación salarial y, de acuerdo con la Alianza por la Calidad de la Educación, se seguirá haciendo, de manera selectiva y acotada, a través del programa de Carrera Magisterial, al que le han quitado dos criterios de evaluación: asistencia y antigüedad o, lo que es lo mismo, presencia y experiencia, para dejar sólo el desempeño del estudiante y la actualización magisterial para una promoción salarial; trunco perfil del profesor deseado por una educación con calidad y con equidad. Parte positiva de esta Alianza es que, por primera vez, el sistema será evaluado. Y, si la educación pública se ha mermado, la educación privada, de acuerdo con las evaluaciones PISA, es más baja aún… otra vez, porque el sistema que no ha procurado ni los controles, ni los criterios que deben regir a la educación privada y, en esa tierra sin ley, la baja calidad y los fraudes proliferan; al mismo tiempo, el sistema se lava las manos de su responsabilidad de ofrecer educación o, por lo menos, de vigilar que ésta se dé con la calidad que nuestro país necesita. Pero el problema no son los recursos, el sistema educativo, de acuerdo con la OCDE, recibe el promedio del PIB que los países desarrollados, el punto de fuga está en la distribución del gasto educativo que se realiza de manera discrecional, es decir, los dineros pueden ir a todo menos a lo que fueron destinados, dejando a los maestros sin los apoyos necesarios y, en muchos casos, “no hay libros de texto, no hay libros para el maestro, no hay materiales para leer…”, expresa la maestra Coss. Sólo en Jalisco existen más de mil docentes trabajando en escuelas donde un solo maestro atiende todos los grados de primaria en un mismo y destartalado salón… entonces ¿de qué calidad estamos hablando?”. Para lograr una educación que sea instrumento fundamental para salir de la pobreza, diría Sarmiento, todos los esfuerzos son bienvenidos, y sin duda este sexenio quiere hacer su trabajo, pero todo esfuerzo debe pasar por los maestros, no sólo en cursos de actualización, sino en el aprecio social de su labor educativa, en una mejora salarial más equitativa y acorde a sus enormes responsabilidades, unas a las que Calderón aludió con los maestros: “Soy la hechura de ustedes…”. Y si esto piensa, desde la Presidencia debería ofrecerles mucho más que un abrazo o una medalla… debería ofrecerles el respeto que los maestros mexicanos merecen, unido al apoyo directo y puntual a su labor educativa. LOURDES BUENO / Investigadora de la UdeG. Correo electrónico: lourdesbueno03@yahoo.com.mx Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones