Jueves, 25 de Abril 2024
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Tecnología

Muestran el vertedero más profundo del mundo

Investigadores encuentran residuos en la fosa de las Marianas, a casi 11 kilómetros por debajo de nivel del mar

El Informador

Mientras en Jalisco apenas despega una nueva norma que regula la elaboración de utensilios de un sólo uso con el fin de migrar a materiales más amigables con el medio ambiente, la basura generada hace años en el mundo continúa acumulándose en lo más profundo del planeta.

El punto de mayor profundidad de la Tierra, casi 11 kilómetros por debajo del nivel del mar en la fosa de las Marianas, en el Océano Pacífico, es un enclave casi inaccesible para la humanidad, pero no para la basura generada.

Investigadores de la Agencia Japonesa para la Ciencia y Tecnología Marino-Terrestre (Jamstec, por sus siglas en inglés) identificaron, fotografiaron y grabaron durante tres décadas algunos de los residuos generados por la actividad humana que han terminado en lo más profundo del mar.

En el abismo de Challenger, en la región más penetrante en toda la corteza terrestre con más de 10 mil metros de profundidad, estos científicos encontraron restos de bolsas de plástico y un tablón de madera de origen artificial.

Cerca de la superficie, aunque a varios kilómetros por debajo del nivel del mar, descubrieron objetos como calzado y una mochila deportiva, varias llantas de automóviles, juguetes y la cabeza de un maniquí, dentro de la cual ya habitaba un organismo marino.

Los investigadores de la Jamstec señalan que, pese a que en esa profundidad no es muy habitual la presencia de seres vivos, ha sido frecuente encontrar organismos que habían incorporado los plásticos como parte de su hábitat, lo que pone en peligro su delicado ecosistema.

De un sólo uso, pero décadas bajo el agua

Para Sanae Chiba, lideresa del trabajo de investigación dedicado a analizar la base de datos con las imágenes de los puntos con residuos y titulado La huella humana en el abismo: treinta años de grabaciones de los restos de plástico en la profundidad del mar, lo más sorprendente es que la mayoría de lo encontrado en el fondo del océano son productos de un solo uso.

“Mucha de la basura fue encontrada en los años ochenta o en los noventa y ya ha comenzado a afectar a los ecosistemas y al medio ambiente”, explicó Chiba en la sede de la Jamstec en la localidad costera de Yokosuka, al Sur de la Bahía de Tokio.

Cuando comenzaron a grabar las primeras inmersiones en las aguas más profundas del mundo mediante vehículos submarinos no tripulados y pilotados desde la superficie, el objetivo de la agencia nipona era estudiar la geología y la composición de los seres vivos de ese ecosistema.

Posteriormente, el creciente interés global por el cuidado del planeta les llevó a revisar los videos y fotografías de inmersiones de años anteriores realizadas, sobre todo, en aguas del Pacífico relativamente cercanas al continente asiático, para localizar imágenes de puntos de basura que, en su momento, pasaron desapercibidos y crear la base de datos.

La fauna del Pacífico convive con los restos de residuos acumulados por años. EFE

Impacto de las micropartículas

Sanae Chiba, quien lidera la investigación de la Agencia Japonesa para la Ciencia y Tecnología Marino-Terrestre (Jamstec), resaltó la dificultad añadida que supone el hecho de que la basura que llega a las profundidades se descomponga en microplásticos, partículas menores de cinco milímetros cuyo impacto en el ecosistema submarino está todavía por determinarse.

Las estimaciones de los científicos indican que unos 45 millones de toneladas de plásticos han acabado en los océanos, pero sólo se han encontrado hasta ahora unas 440 mil toneladas, algo menos de uno por ciento.

Dónde está 99% del plástico restante que acabó en el mar es una de las grandes preguntas que se hace el equipo de la Jamstec, que ya organiza una nueva expedición para buscar un gran punto de acumulación de basura en el océano al Sur de Japón.

Huella en el entorno natural que mata a las especies

De acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), los desechos marinos se fragmentan paulatinamente hasta alcanzar el tamaño en el que pueden ser consumidos por seres vivos de la base de la cadena alimenticia.

Las partículas de plástico son confundidas como alimento por los peces, tortugas, mamíferos marinos (ballenas o delfines) o aves. La Agencia de Medio Ambiente de Estados Unidos ha identificado hasta 267 especies marinas que consumen por error esos residuos.

El PNUMA estima que esta contaminación mata cada año a más de un millón de aves y a unos 100 mil mamíferos marinos.

Un vistazo a lo más oscuro

En total, los investigadores de la Agencia Japonesa para la Ciencia y Tecnología Marino-Terrestre han logrado recopilar imágenes de más de tres mil 500 puntos con residuos en aguas profundas, que están disponibles para su consulta en godac.jamstec.go.jp/ con el fin de concientizar a la sociedad. La base de datos digital está abierta al público hace dos años.

En busca de un mapa global

Uno de los objetivos de los científicos japoneses de la Jamstec es reunir la información que han logrado junto con la de otros investigadores del mundo que también estudian la presencia de vertederos submarinos por todo el planeta. Así, con la cooperación multilateral, buscan crear un mapa global con el que se pueda concientizar sobre la presencia de basura que la humanidad envió, derivado de su forma de vida, a lo más profundo de los océanos.

También hay basura en lo más alto

Es el atractivo natural con mayor altitud en el mundo, pero la creciente actividad turística durante las últimas décadas en el Monte Everest provocó que las rutas hacia la cima de ocho mil 848 metros se convirtieran en un muladar.

El problema fue en aumento con la acumulación de desechos que dejan los alpinistas. Desde tiendas de campaña, equipo para escalar y tanques de gas y oxígeno hasta heces.

Ante ese escenario, el Departamento de Turismo de Nepal, el Gobierno local y grupos de alpinismo lanzaron este año una expedición de limpieza que concluyó con el retiro de 11 toneladas de todo tipo de basura. Incluso hallaron cuatro cadáveres.

Entre abril y junio, los trabajadores y voluntarios recorrieron las rutas de los aventureros y pudieron recuperar de los campamentos desperdicios, muchos de ellos no biodegradables, incluyendo latas vacías, botellas, plásticos y material de alpinismo.

Con ayuda del Ejército nepalí, la basura fue recolectada y la capital del país, Katmandú, la recicla.

Gobiernos y activistas recuperan desechos en el Monte Everest. AFP

Pagan por bajarla

Desde 2011 han surgido varios esfuerzos para recolectar las toneladas de desechos del Monte Everest, aunque con el incremento de visitantes el problema crece. Ante ello, el Gobierno nepalí impuso en 2014 una cuota a manera de depósito para los alpinistas y lo que pagaron sólo se les regresa si bajan con, al menos, ocho kilos de basura.