Miércoles, 22 de Mayo 2024
México | Entrevista

La discriminación escolar es preocupante

La escuela es un espacio para aprender y relacionarse con personas de la misma edad, pero en muchas ocasiones puede volverse un infierno si el menor es discriminado por sus compañeros

Por: EL INFORMADOR

GUADALAJARA, JALISCO.- “Cuando hablamos de discriminación estamos hablando de violencia, y ésta puede ser ejercida tanto física como psicológica”, dice la doctora Isabel Valadez Figueroa, autora del libro “Violencia escolar: maltrato entre iguales en escuelas secundarias de la Zona Metropolitana de Guadalajara”. 

En entrevista, dice que la discriminación es una distinción ocasionada por prejuicios, “parecería que nuestra sociedad busca lo igual, y aquello que sobresalga o que sea distinto, tiende a ser más propenso a ser segregado”.

El Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) dice que los niños más discriminados son los que padecen una enfermedad crónica o terminal, discapacidad, los indígenas, los de bajos recursos económicos, los obesos, los de lento aprendizaje, los de coeficiente intelectual alto y aquellos que son “afeminados”.
La Consulta Infantil y Juvenil 2003, reveló que 16% de los niños de entre seis y nueve años dijeron ser tratados con violencia en sus escuelas.

En jóvenes de secundaria la cifra tiende a crecer, por ejemplo, la Encuesta Nacional Exclusión, Intolerancia y Violencia en Escuelas Públicas, reveló que dos de cada 10 estudiantes son rechazados por sus compañeros de clase y cinco de cada 10 aceptaron que les es difícil hacer amigos.

Valadez dice que actitudes como el hostigamiento, los apodos ofensivos,  la exclusión, las amenazas, el rechazo y el desprestigio, forman parte de la violencia psicológica, que es la que se da mayormente en las escuelas.

El libro del que es autora es producto de una investigación a mil 091alumnos de 16 escuelas secundarias de la Zona Metropolitana de Guadalajara, y revela que la violencia psicológica se da en 67.5% de los casos.
Otras actitudes como los golpes, robos, daños a las cosas del otro y en menor caso el abuso sexual, son características de la discriminación física.

El papel del maestro
La también profesora investigadora adscrita al departamento de Salud Pública del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), dice que durante la investigación que realizó los alumnos le manifestaron que en la mayoría de los casos los maestros no se dan cuenta de la discriminación en las aulas.
“Hay manifestaciones que no son visibles como el hostigamiento sicológico, pero cuando las manifestaciones son más visibles como la agresión verbal, los golpes y los jaloneos, los agresores se cuidan mucho de que no los vean los maestros, entonces podemos decir que en una parte considerable el maestro realmente no se da cuenta”.
Sin embargo, dice que cuando un profesor se da cuenta puede creer que es una situación que el alumno tiene que pasar como parte de su relación con otras personas, “creen que simple y sencillamente no ha aprendido a caerle bien a los demás y que por eso ‘se llevan’ con él”.

El cambio de escuela, ¿la solución?
En muchas ocasiones los padres optan por cambiar a sus hijos de escuela, ya sea porque son los agresores de otro y fue expulsado, o porque fue la víctima de la discriminación. Al respecto, Valadez no considera que sirva de mucho, ya que en ambas situaciones se llevan el problema a su nueva escuela.
“Si el agresor es expulsado llegará a la nueva escuela tratando de ejercer la misma conducta que de alguna manera le fue benéfica, como es la de adquirir un protagonismo que no tiene en casa. Si es la víctima probablemente se verá afectada por el síndrome de indefensión cognitiva, que se caracteriza por un importante déficit cognitivo, motivacional y afectivo que van a exponerlo al fracaso escolar o a conductas poco saludables o de riesgo, entonces va a ser la misma, va a seguir siendo víctima”.
Subraya que en una situación de discriminación no sólo sufre la víctima, sino también el agresor, que generalmente adquiere ese rol por no haber desarrollado habilidades sociales de una forma adecuada.

Expone que algo que se encontró al realizar el estudio fue que los adolescentes le decían que las actitudes discriminatorias se dan en un marco de “todos contra todos”.
“Hay momentos en que un alumno es víctima de burlas, agresiones y otras actitudes, y de repente ‘lo sueltan’ y agarran a otro, entonces los demás se quedan a la expectativa, como diciendo ‘a ver cuándo me toca’, en términos sicológicos esto es una situación paranoide”.

Se puede prevenir
La doctora Valadez dice que hay estrategias de intervención sicopedagógica dirigidas al personal directivo, al alumnado y a los padres para que cambien esas actitudes.
“Lo primero es detectar el problema, saber qué pasa, cuándo, por qué y después tenemos que platicar con los padres, vigilar a los niños, ver señales de alarma, conocer al grupo de amigos, mejorar la calidad de las relaciones familiares, regresar a las reuniones familiares, comer juntos e incluso jugar juegos de mesa, como ves no es mucho esfuerzo, no se requiere de un gran trabajo”.
(Sergio Cázares)


“Al parecer el comportamiento de los agresores ya no es el cuidarse del maestro, sino demostrar a la autoridad que ellos pueden hacer cosas violentas sin que les pase nada”

“Para algunos adolescentes el hecho de ser sometido a procesos de violencia a través de la discriminación los ha llevado a tentativas de suicidio”
Isabel Valadez Figueroa, profesora investigadora de la UdeG.

CLAVES

1 La adolescencia es la etapa en la que las afectaciones por discriminación dejan más secuelas, ya que es el periodo en el que el alumno se va desprendiendo de la familia para lograr cierta independencia emocional.
2 El adolescente por un lado quiere ser grande y desprenderse de los padres y necesita de los amigos, y si éstos lo discriminan puede sentirse solo, deprimido.
3 La discriminación afecta, entre otras cosas, la motivación que requiere el adolescente para aprender, lo que origina bajo desempeño académico.

SEGREGACIÓN EN NÚMEROS
Intolerantes y víctimas
54% de los alumnos no quiere tener como compañero a un enfermo de sida. 52.8% no quiere personas “afeminadas” en su salón.
51.1% de adolescentes de entre 15 y 19 años prefiere no tener un compañero con discapacidad. 47.7% no quiere que haya indígenas en su salón.
45.2% de las alumnas de la misma edad cree que su vida ha sido un fracaso tras sufrir discriminación. 35.7% de los hombres cree lo mismo.
30.5% de las mujeres dice que ha pensado que vale más morir. 19% de los hombres piensa lo mismo tras ser segregado.
16.8% de las mujeres ha pensado en quitarse la vida, 8.5% de los hombres quiere hacer lo mismo.
42.6% de las mujeres de entre 15 y 19 años siente que tras ser discriminada no vale la pena vivir, el porcentaje de hombres que siente lo mismo es de 28.7 por ciento.
FUENTE: Encuesta Nacional Exclusión, Intolerancia y Violencia en Escuelas Públicas.

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