Viernes, 26 de Julio 2024
Internacional | El monarca, de 63 años, no da señal alguna de estar dispuesto a dejar el trono de forma inmediata

Nepalíes celebran el triunfo de su revuelta contra el rey

Gyanendra ha hecho oídos sordos a los continuos llamamientos de los maoístas, vencedores de las elecciones, para que evacuara el Palacio Real de Katmandú

Por: EFE

Katmandú.- Dos años después de que el rey Gyanendra cediera el mando absolutista tras una revuelta popular, los nepalíes celebran hoy el Día de la Democracia y cuentan los que quedan para abolir la Monarquía tras la victoria maoísta en las elecciones del 10 de abril.

Pero el monarca, de 63 años, no da señal alguna de estar dispuesto a dejar el trono de forma inmediata, aseguran sus fieles.

"Dicen que se siente fresco y nada frustrado con lo que ha sucedido", afirmó un líder del Partido Nacional Democrático (RPP), la principal formación monárquica, que ha obtenido 258.600 votos de los 10,6 millones emitidos el pasado día 10.

Gyanendra ha hecho oídos sordos a los continuos llamamientos de los maoístas, vencedores de las elecciones, para que evacuara el Palacio Real de Katmandú antes de que la nueva Asamblea proceda formalmente a abolir la Monarquía.

"Nos gustaría que el rey deje el Palacio por su propia voluntad en las próximas cuatro semanas, antes de la primera sesión de la Asamblea" -en la que se ratificará la instauración de la República-, conminó la semana pasada el "número dos" maoísta, Baburan Bhattarai.

Así lo prevé una resolución del Parlamento saliente aprobada en diciembre pasado y acordada por los firmantes de un acuerdo de paz que supuso el desarme de la guerrilla maoísta y su incorporación a la vida política.

Seguramente Gyanendra no era consciente de que sellaba su destino cuando, hace hoy dos años, aceptó devolver los poderes al Parlamento y reinstaurar la democracia tras un levantamiento popular que su Ejército no logró sofocar y en el que murieron 21 personas.

Al mes siguiente, el nuevo Gobierno comenzó negociaciones con los maoístas que llevaron al acuerdo de paz de noviembre de 2006.

El líder de la antigua guerrilla maoísta, Pushpa Kamal Dahal alias Prachanda, se reunió en días pasados con el líder del RPP y ex ministro del Interior, Khamal Thapa, y ha ofrecido un encuentro con Gyanendra en persona para negociar una salida "elegante" del trono.

"El rey no debe dejar el trono de forma humillante", convino Prachanda, y otros líderes de su partido han reiterado que la abolición de una Monarquía de casi 240 años se hará "respetuosamente".

Los maoístas querrían que el rey se marche de Palacio sin resistencia pero el monarca no da síntomas de pánico y, si acaso, se ha permitido desmentir informaciones sobre su inminente exilio en la India como "totalmente fabricadas e infundadas".

Prachanda, que tampoco quiere un exilio que deje a Gyanendra fuera de control, ha dejado claro que "ninguno de los vestigios de la Monarquía debe permanecer".

Pero los monárquicos argumentan que Nepal no puede ser una República hasta que se promulgue una Constitución, una tarea de la nueva Asamblea Constituyente que podría durar más de dos años.

"Mientras no esté preparada la nueva Constitución, mantener el mismo estatus para la Monarquía sería beneficioso para la nación", observó ayer el RPP en un comunicado, tras una reunión de Thapa con el monarca.

La Constitución interina prevé que sea el primer ministro el que asuma la jefatura del Estado pero Prachanda quiere que la Asamblea elija de inmediato al nuevo presidente de la República, aunque sea interino.

Como los maoístas, pese a su victoria, no han logrado la mayoría absoluta, requerirán alcanzar un consenso con las fuerzas que hicieron la paz sobre cómo rellenar el vacío que deje la figura del monarca.

"Hay muchos asuntos de procedimiento sin aclarar, como quién presentará a la Asamblea la propuesta de instauración de la República, el Gobierno saliente o el que van a formar los maoístas", observó a Efe el analista político Ajay Bhadra Khanal.

Pero Khanal, redactor jefe del rotativo "The Himalayan Times", rechazó el argumento monárquico de que hay que esperar a tener una Constitución para destronar al rey.

"La Asamblea Constituyente es un cuerpo supremo y no hace falta que espere hasta que se promulgue la Carta Magna para declarar la República", opinó.

EFE 23-04-08 IJALH

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