Viernes, 24 de Octubre 2025
Internacional | Un ingeniero químico será el próximo presidente

En China hay cambio de timonel, no de rumbo

El líder del PPCh Xi Jinping promete acercarse a las demandas de la población y luchar contra la corrupción

Por: EL INFORMADOR

Contrastes. El nuevo dirigente del comunismo chino, Xi Jinping, aparece en una pantalla debajo de un icono del capitalismo. EFE  /

Contrastes. El nuevo dirigente del comunismo chino, Xi Jinping, aparece en una pantalla debajo de un icono del capitalismo. EFE /

BEIJING, CHINA (17/NOV/2012).- La suerte está echada. El vicepresidente chino, Xi Jinping, fue designado a media semana como secretario general del Partido Comunista Chino (PCCh), en sustitución de Hu Jintao, lo que le coloca en la recta final para ser nombrado presidente del país en la sesión anual de la Asamblea Popular Nacional en marzo próximo.

La transferencia de poder fue completa, ya que Xi fue nombrado también presidente de la Comisión Militar Central, que controla el Ejército. Xi, un ingeniero químico de 59 años, poseedor de un doctorado en teoría marxista, es considerado un reformista cauto, y forma parte de la generación de los príncipes, término con el que son conocidos los descendientes de altos líderes del PCCh presentes o pasados.

El cambio de guardia registrado durante el 18º Congreso del PCCh,fue el segundo que se produjo de forma pacífica en los 60 años de Gobierno comunista, tras el de hace 10 años, cuando Hu llegó al poder.

Xi Jinping y los otros seis miembros del Comité Permanente entraron poco antes de mediodía en el Salón Oriental del Gran Palacio del Pueblo (Beijing) en fila india, por riguroso orden jerárquico, separados uno de otro apenas por metro y medio, se detuvieron al alcanzar el centro del escenario y saludaron desde la alfombra roja. Tras Xi Jinping, iban, por este orden, Li Keqiang (actualmente viceprimer ministro y previsto próximo primer ministro), Zhang Dejiang (también viceprimer ministro y jefe del partido en Chongqing), Yu Zhengsheng (jefe del partido en Shanghái), Liu Yunshan (ministro de Propaganda), Wang Qishan (viceprimer ministro y responsable de la Comisión Central de Inspección de la Disciplina) y Zhang Gaoli (jefe del partido en Tianjin). Todos ellos, vestidos con traje oscuro y corbata de tonos rojos, salvo Wang Qishan, con corbata de tonos azules. Detrás, les arropaba un mural de la Gran Muralla serpenteante sobre las montañas.

Xi Jinping se dirigió a un atril y se comprometió a luchar contra la corrupción y construir una “vida mejor” para todos los chinos. “Nuestro partido está dedicado a servir al pueblo. Ha conducido al pueblo en la consecución de logros reconocidos mundialmente, y tenemos todas las razones para estar orgullosos de estos”.

Y agregó: “Bajo las nuevas condiciones, nuestro partido se enfrenta a muchos desafíos difíciles, y hay también muchos problemas urgentes en el partido que resolver; en particular, la corrupción, estar separados de la gente y seguir las formalidades y la burocracia causada por algunos funcionarios del partido. Debemos hacer todos los esfuerzos para resolver estos problemas. Todo el partido debe estar en alerta completa”.

La corrupción es una de las principales causas de descontento de la población en China y fuente de numerosas protestas.

Durante su intervención, Xi sonrió repetidas veces, y, mientras hablaba, miró a su izquierda y su derecha como un orador experimentado. Una imagen muy distinta a la hierática de su predecesor, Hu Jintao, y a la del predecesor de éste, Jiang Zemin.

Los mil 300 millones de ciudadanos chinos tuvieron oportunidad de conocer a los siete hombres que regirán el destino del país durante los próximos cinco años. Xi Jinping y Li Keqiang ocuparán la jefatura del Estado y del Gobierno, respectivamente, durante dos mandatos de cinco años si no hay ningún contratiempo, igual que han hecho Hu Jintao y Wen Jiabao.

Xi, un protegido del expresidente Jiang Zemin, llega al poder con una posición fuerte, ya que Hu le ha traspasado también la presidencia de la Comisión Militar Central, que controla el Ejército Popular de Liberación, integrado por 2.3 millones de personas. Jiang retuvo el cargo dos años después de entregar a Hu Jintao el testigo como secretario general del PCCh.

El Comité Permanente está compuesto por una mezcla de conservadores y reformistas cautos como el propio Xi Jinping y Li Keqiang, lo que presagia que encontrarán más fácil llevar a cabo reformas económicas que políticas. La posición de Zhang Dejiang, en tercer lugar en el paseíllo, presagia que será nombrado presidente de la Asamblea Popular Nacional.

Con información de EL PAÍS

LA CIFRA

1,350 millones
de habitantes tiene China, el país más poblado del planeta

INCERTIDUMBRE

El caso Bo Xilai frena aventuras reformistas

BEIJING, CHINA.-
La nueva dirección colegiada de China revela que el Partido Comunista (PCCh) opta por restañar sus heridas en lugar de aventurarse por vías demasiado reformistas y desconocidas. La principal misión ahora es garantizar la supervivencia del sistema tras el durísimo golpe a la credibilidad del PCCh que supuso el caso Bo Xilai, cuyo fantasma planeó sobre la celebración del 18º Congreso del partido, concluido el 15 de noviembre.

De los siete integrantes del Comité Permanente del Politburó sólo dos, Xi Jinping y Li Keqiang, permanecerán una década en el máximo órgano del poder chino. Los otros cinco son veteranos, con una larga carrera política, que habrán sobrepasado los 68 años —el tope para ser electo— cuando dentro de cinco años se celebre el 19º Congreso del PCCh. Todos ellos son considerados hombres de consenso y, en especial, se atribuye a los cinco que ostentarán el poder solo cinco años una gran experiencia y capacidad de negociación para tratar de recuperar al menos una parte de la credibilidad perdida entre los 82 millones de militantes y frente a los mil 350 millones de habitantes del país.

Bo Xilai, conocido como el príncipe rojo por aglutinar el descontento de quienes se han quedado al margen del espectacular avance chino de las últimas tres décadas, era uno de los políticos más populares del país y estaba llamado a entrar en el Comité Permanente del Politburó. Pero tras ser destituido en marzo como alcalde y jefe del partido de la municipalidad de Chongqing —la más poblada de China, con 32 millones de habitantes—, el pasado día 4 fue expulsado del PCCh y se encuentra a la espera de ser juzgado por corrupción, abuso de poder y por mantener ‘relaciones inapropiadas con numerosas mujeres’ y ocultamiento del asesinato de un súbdito británico por su esposa.

Los dirigentes chinos han querido mandar un mensaje de calma a la población, al alzar como número tres del poder y futuro presidente de la Asamblea Popular Nacional (APN) a Zhang Dejiang, el hombre que recibió el duro encargo de poner orden en Chongqing tras la caída de Bo. Los anteriores presidentes de la APN, en tanto que la Constitución les convierte en jefes de Estado si este fallece, eran el número dos del PCCh, pero los 66 años de Zhang y el hecho de que entra por primera vez en el Comité Permanente le situaron por detrás de Li Keqiang.

Con información de EL PAÍS

Xi Jinping

De 59 años, ingeniero químico y doctor en teoría marxista, Xi pertenece a los llamados príncipes, por ser hijo de un veterano dirigente del PCCh, pero es considerado por las distintas facciones del partido como un candidato de consenso, con estrechas conexiones con la Liga de la Juventud —de la que sale la otra gran facción, la de los hijos del pueblo, los tuanpai— y con el Ejército Popular de Liberación (EPL).  Está casado con la famosa cantante del EPL Peng Liyuan, y en marzo próximo será elegido por el pleno de la Asamblea Popular Nacional (APN) jefe del Estado.

Li Keqiang


Este abogado de 59 años y actual viceprimer ministro es el máximo representante de los tuanpai en la nueva dirección colegiada. Su origen, por tanto, es humilde y ascendió al poder paso a paso a través de la Liga de la Juventud.

Hu Jintao pretendió que le sucediera, pero no lo logró.

En marzo se convertirá en primer ministro. Li defiende que haya un mayor reparto de la riqueza del país y ofrece apoyo a los más débiles. Sus críticos señalan que le falta dureza para enfrentar la gran reforma económica y financiera que precisa el país.

Zhang Dejiang


De 66 años y el mayor experto de China en Corea del Norte, Zhang, que también es viceprimer ministro, recibió este año el encargo más conflictivo que se podía dar a un dirigente: poner orden en la municipalidad de Chongqing, que con 32 millones de habitantes es la más poblada del país y en donde se produjo el mayor escándalo —el caso Bo Xilai— que ha sufrido el PCCh en las dos últimas décadas. En estos meses —el popular príncipe rojo y alcalde de Chongqing cayó en marzo—, Zhang ha demostrado sus dotes como gobernante y hombre de consenso.

Yu Zhengsheng

De 67 años, es jefe del PCCh en la municipalidad de Shanghái. Su elección está sin duda vinculada al ex presidente chino Jiang Zemin y a la llamada facción de Shanghái. Es un príncipe, cuya familia tenía muy buenas relaciones con Den Xiaoping (1904-1997), el arquitecto de la reforma y el dirigente que abrió las puertas del país a la economía de mercado, con la que China se ha convertido en la segunda potencia económica. Ingeniero electrónico, Yu es un especialista en misiles balísticos y fue investigador del Instituto de Ingeniería Militar durante dos décadas.

Liu Yunshan

De 65 años y jefe del aparato de propaganda del partido, Liu es un tuanpai, cercano a Hu Jintao. Su ascenso al Comité Permanente revela la importancia que el partido concede a una de las grandes demandas de la sociedad: la libertad de expresión. Liu se ha referido a la importancia de Internet en los tiempos actuales y a la conveniencia de su uso, pero “con ciertas reglas”. Una mayor libertad de información y una mejor elaboración de la comunicación y la propaganda serán las misiones de Liu en un país que cuenta con casi 600 millones de internautas.

Wang Qishan

De 64 años y viceprimer ministro, Wang que en 1998 organizó la mayor reestructuración bancaria de China, era visto como el hombre clave para impulsar desde dentro del corazón del PCCh la remodelación del mercado financiero chino de cara a la urgente reforma del sistema productivo para facilitar que el crecimiento económico dependa más del consumo interno que de las exportaciones. Sin embargo, ha sido colocado al frente de la Comisión Central de Inspección de la Disciplina, el órgano encargado de luchar contra la corrupción que embarra las filas comunistas.

Zhang Gaoli


De 66 años, es el más desconocido de los siete jinetes del sanedrín comunista. Se le considera cercano a la facción de Shanghái, por las relaciones que estableció con Jiang Zemin, en los dos años, 2000 y 2001, que estuvo al frente de la zona económica especial de Shenzhen, vecina a Hong Kong. Fue jefe del partido en la provincia de Shandong y desde 2007 gobierna Tianjin, municipalidad, situada al sur de Beijing, que se ha convertido en puntera del desarrollo tecnológico chino, en el que el PCCh quiere basar la nueva fase de expansión de su economía.

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