Con la resaca de las fiestas de Navidad y Fin de año, se disputó la primera jornada del nuevo torneo, que tuvo como característica que la mayoría de los partidos terminaron empatados. Los primeros 90 minutos de la competencia no son suficientes como para establecer los rumbos que tomarán los destinos de los equipos en los 16 partidos restantes. Ya depende de un punto de vista particular el ver el vaso medio vacío o medio lleno en la interpretación que se le quiera dar a un partido de la fecha inaugural como una proyección a futuro. Sólo tres equipos obtuvieron la victoria: Querétaro y Toluca lo hicieron en condición de visitantes, y el América como local. El triunfo de las Águilas fue quizá de lo que más llamó la atención, por ser el debut en un partido oficial de Antonio Ricardo Mohamed. El marcador fue un abultado tres por cero sobre un rival como lo Tigres, al que hacía ocho años que no le podían ganar en el Estadio Azteca, y por el mal trabajo arbitral de Ricardo Arellano Nieves. Otra vez el arbitraje Al respecto, el entrenador derrotado, Ricardo Ferreti, declaró que habrá que informales a los equipos que vayan a enfrentar a las Águilas que se preparen porque enfrentaran a 12 oponentes. La molestia del “Tuca” en esta ocasión tiene sustento, pero, cuando los silbantes se equivoquen a su favor, ¿les hará la misma recomendación a los equipos a los que vayan a enfrentar? Desde luego que este tipo de controversias no son nuevas y mucho menos cuando el América está involucrado. Pero lo lamentable es que ya tampoco es nuevo hablar de polémicas por el mal desempeño de los árbitros, pues se ha vuelto un asunto recurrente. El torneo anterior terminó con los desproporcionados reclamos del entonces técnico americanista Miguel Herrera, ya que en su opinión los árbitros perjudicaron a su equipo en los partidos de la final contra el León. Y el nuevo torneo comienza con los reclamos de Ferreti porque en su opinión los árbitros favorecieron al América. El que los entrenadores y jugadores culpen a los silbantes para justificar la derrota de su equipo tampoco es una novedad. El dedo en la llaga La realidad es que el nivel del arbitraje sigue siendo bajo y, al menos por lo que se sabe, no se hace demasiado para levantarlo, además, los responsables mejor se agazapan para “capear el temporal”, y cuando de repente aparecen es para expresar tonterías como eso de que los errores de los jueces incrementan los ratings. El arbitraje es uno de los rubros en donde las alarmas están encendidas desde hace tiempo, pero no son atendidas. Sin que exista una presión por parte de la Liga MX o de sus afiliados para que se compongan las cosas, continúan los errores quizá porque para algunos sea más conveniente el hacer declaraciones incendiaras contra el gremio arbitral como una especie de salvoconducto en situaciones adversas. ¿Qué hacer entonces? Recordando una vez más qué factores que en su momento fueron señalados como causa del estancamiento en el nivel de los árbitros fueron erradicados: el ordenador desde hace tiempo fue descontinuado, hubo un cambio en la dirigencia de la Comisión de Arbitraje y pese a todo, las cosas no han mejorado substancialmente. El problema es más profundo, y si no lo han sabido diagnosticar adecuadamente difícilmente lo podrán solucionar.
