Para fortuna de Guadalajara, cada vez son más los tapatíos que se acercan a su pasado, a sus diversas manifestaciones históricas, a sus monumentos y tradiciones. El uso de las llamadas redes sociales ha sido un incisivo vehículo para propiciar este acercamiento y fomentar el interés por la ciudad.Así, la cada vez más extendida práctica de la navegación cibernética, particularmente por las páginas de Facebook, ha hecho posible un nivel de divulgación de imágenes y conocimientos urbanos que no tiene precedentes. De la misma manera, es así posible intercambiar opiniones, aclaraciones y expresiones de toda índole alrededor de los asuntos tratados o ilustrados. Es claro que, con las limitaciones que se quiera, la masa crítica de experiencias y acercamientos a Guadalajara ha avanzado así significativamente.El repaso, gozo, lamentación o celebración de la ciudad existente y de la perdida va conformando un acervo compartido de referencias, identificaciones, extrañezas; va volviendo a una comunidad virtual más dueña de su patrimonio y de su historia.Hay, en particular, una señalada página de Facebook titulada “Imágenes históricas de Guadalajara”. Cuenta, actualmente, con más de 45 mil miembros. Con frecuencia es posible examinar en la pantalla testimonios gráficos de gran interés, o aportaciones documentales que van enriqueciendo ciertos temas o aspectos del acervo arquitectónico y urbano de los tapatíos. También es posible atender a intercambios de pareceres y conocimientos que complementan este gradual esclarecimiento de un pasado y un presente común.Llama la atención el evidente fervor por su ciudad de estos millares de personas. Con comprensible frecuencia es la nostalgia o la lamentación lo que parece prevalecer. Pero subyace una clara voluntad por preservar y mejorar la casa de todos: Guadalajara. Faltaría, quizás, pasar de la pura rememoración, de la queja por lo perdido o lo abandonado, a la acción concreta en favor del patrimonio.“Imágenes históricas de Guadalajara”, con sus 45 mil miembros, podría juntar fuerzas con otras páginas existentes similares; así serían casi 60 mil voluntades afines. Si cada miembro de estas páginas aportara, directamente, ciento cincuenta pesos, se juntarían de entrada 9 millones de pesos. Con esta cantidad es factible adquirir una finca patrimonial, de buen relieve arquitectónico y urbano, abandonada o en desuso. También ajustaría para arreglarla bajo una dirección técnica adecuada, y darle un uso útil y sustentable. Sería un fermento de algo sin duda muy importante, sería la acción directa de los ciudadanos que mantienen y renuevan su patrimonio.Claro que es fácil decir lo anterior. La puesta en práctica de esta sugerencia implica toda una organización, toda una conjunción de voluntades y actuaciones. Pero, en esa vasta comunidad cibernética existen los liderazgos, los conocimientos y las capacidades para hacer eso y mucho más. Recién se publicó, por ejemplo, un muy interesante álbum sobre la abandonada Capilla de la Virgen de la Medalla Milagrosa del rumbo de Álvaro Obregón. Podría ser un excelente comienzo: cuando la gente se compromete y se decide a cambiar las cosas puede lograr sus retos.
