En un enfoque erróneo de lo que es la definición de “esquemas estáticos”, que se cree que nacieron siempre con el afán defensivo, de la preocupación de defender nuestro arco más que de pensar en un funcionamiento colectivo que nos permita defender la tenencia de la pelota y a través de ella, encontrar el camino de eficacia, el gol.Quise empezar esta columna con el concepto antes señalado, después de haber observado y analizado el partido celebrado en Estados Unidos entre los representativos de México y de Trinidad y Tobago este pasado viernes 4 de septiembre.Pienso que México mientras no marque ese afán defensivo, desde mi óptica, lleva a cometer errores conceptuales, producto de la simplificación del análisis, al cual también nos hemos referido antes.Uno de estos errores que comete el representativo nacional, tiene que ver con la valoración de los sistemas defensivos: de marca al hombre, de persecución, lo cierto es que la defensa al hombre, para el entrenador interino no tiene mayor complicación que la de saber contar, si maneja matemáticas de primer grado, el analizar con cuantos atacó Trinidad y Tobago y designar el mismo número de jugadores que se encarguen de establecer en cada caso, una lucha de uno contra uno, situación que no se dio porque no hubo un sistema, ni mucho menos un estilo y proyecto definido para recuperar el balón.La falta de puntería de los Trinitarios ayudó a no recibiera más goles el arco Mexicano.El estilo pretendido de todo equipo es que la defensa debe estar en la zona de definición, no dejarse atrapar por la distracción que puede provocar el equipo adversario y de reducir los espacios al rival en la zona donde nos pueden hacer daño y encontrar los espacios donde el equipo pueda ganar el partido en una cancha de 700 metros cuadrados.Todo entrenador tiene la obligación de dotar al equipo de un proyecto defensivo como ofensivo, que todos entiendan todo y si a eso le agregamos un estilo meramente mexicano recordare que estamos en el mes patrio, ¡Viva México!