En las amargas horas de los atropellos de los Estados Unidos a pueblos débiles y empobrecidos, cuán débiles y evasivas han sido las protestas de muchas naciones, incluso la nuestra. Cuando una población sin distingos está siendo sacrificada, hablar de concertación, diálogo, prudencia, renuncia de la fuerza, libre determinación y soberanía, es usar un lenguaje premeditadamente inocuo, apocado y afable, por no decir medroso. Todas las naciones deben tener la suficiencia y el valor para señalar oportunamente al agresor, cualesquiera que sean las consecuencias, que siempre serán menores que el silencio cómplice. *** Hay una intrigante coincidencia entre la apariencia física y el carácter, hasta el punto en que uno se pregunta si el temperamento calca las líneas de un cuerpo, o si las del cuerpo dibujan las líneas del carácter. *** Nuestro premio Nobel Octavio Paz expresó que son frecuentes los casos de intoxicación racional por falta de sentido común, esa dosis de resignada irracionalidad que todos necesitamos para vivir. *** En esta hora frente a la realidad de la descapitalización y la escasa productividad, sobrellevamos el ánimo gracias al espejismo de los créditos, uno sobre otro, que indefectiblemente van condenándonos al amargo papel de eternos dependientes y servidores, sin más perspectiva que un dilatado horizonte sin esperanza. *** En las democracias, a las que Winston Churchill definió como las menos malas de los sistemas políticos, hay regateos, fricciones, polémicas y discrepancias, pero las partes buscan mediante entendimientos, acortar distancias, convertir las diferencias en coincidencia y la negociación en cotidiano entendimiento. *** Las pasiones más felices son las que siempre se postergan, las que conservan toda la vida la ilusión de su eventual consumación, misma que desde siempre ha sido el destino trivial de todos los romances y encuentros amorosos. Por eso Shakespeare, a la intensa pasión de Romeo y Julieta, la congeló oportunamente con la muerte para preservarla al margen del destino y fin de las pasiones comunes. *** En el instante de las póstumas remembranzas, siempre habrá una mujer que habita en la clandestinidad del corazón hasta la muerte. *** En todas las relaciones sociales, para no lesionar ninguna susceptibilidad, hay que medir con prudencia la distancia adecuada para resguardarse de la promiscuidad en entornos contaminados por la vulgaridad y la disipación. *** Diario se debe tener la sutil sagacidad que nos permita negociar con la vida día con día, un modo de felicidad en el mundo difícil en que vivimos. Ahuyentar el desánimo no es tarea menor. *** Políticos y periodistas son especies que se repelen y se necesitan para vivir. Entre ellos el matrimonio es imposible, pero inevitable el amasiato.
