Ideas | Síndrome del perro maltratado Por: Diego Petersen 26 de enero de 2012 - 02:10 hs Síndrome del perro maltratado Una de las patologías que solemos desarrollar en las sociedades modernas, es la del “síndrome del perro maltratado”. Un perro aprende rápido que no hay que meter el hocico al refrigerador porque de inmediato viene el periodicazo (los políticos también lo aprenden, pero en general son más lentos). Los ciudadanos hemos desarrollado un reflejo casi canino a las obras que proponen las autoridades. En esto, Murphy no falla: si algo puede salir mal, saldrá peor. En esto, las autoridades y sus diferentes dependencias son infalibles. Un segundo acueducto de Chapala a Guadalajara tiene toda la lógica del mundo. No sólo eso, es una obra pendiente que se había pospuesto indefinidamente porque siempre salía algo más urgente por hacer o, al menos, por discutir (en materia de agua no se puede decir que se haya hecho mucho, pero de que hemos discutido hasta el cansancio, nadie lo puede negar). No es un problema de pertinencia de la obra, sino de credibilidad en las autoridades. Con un nuevo acueducto la capacidad de conducción de agua de Chapala a Guadalajara sería hasta de 15 o 16 metros cúbicos por segundo (los ductos tendrían una capacidad para dieciocho, pero nunca se pueden usar al máximo), pero la concesión, lo autorizado para Guadalajara, es sólo de once. Nadie en Chapala cree que los tapatíos no vamos a llenar los tubos al máximo para extraer toda el agua que podamos. No nos creen. La postura de los defensores del agua podrá parecer irracional, pero no carece de lógica. Llevamos 25 años discutiendo cuál será la fuente alterna de agua para no afectar el lago y no hemos logrado solucionar el asunto. La presa El Zapotillo está en construcción y, dicen las autoridades, estará terminada a finales de 2013, lo que significa que podría surtir agua para Guadalajara a finales de 2014 o en 2015, si todo sucede como dicen. Este año arranca la construcción de la presa El Purgatorio, que será la obra complementaria en el Río Verde para el agua de la zona metropolitana, pero, suponiendo que efectivamente arranque, su conclusión está muy lejos. En ningún caso Guadalajara dejará de sacarle agua a Chapala, pero cuando nos vendieron los proyectos de las mega obras de dotación de agua, principalmente Arcediano, se usó como argumento que se dejaría descansar al Lago de Chapala, lo que generó una expectativa imposible de cumplir. Convencer a los ribereños y a los “defensores” del lago de que el acueducto no sólo es una buena idea, sino una obra fundamental para la Zona Metropolitana de Guadalajara, no será tarea fácil. Es un trabajo arduo, complejo, de mucha paciencia y que más vale que se tome en serio y se le invierta la inteligencia, el tiempo y el dinero (en ese orden) necesarios. De otra manera, tendremos otro proyecto de agua fracasado en la cuenta de los tapatíos. Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones