Por Aurelio LópezHace un par de semanas un grupo de hackers rusos llamados “Fancy Bears” sacó a luz a través de su página de internet cientos de registros confidenciales de atletas que cuentan con recetas médicas autorizándoles el uso de sustancias prohibidas por la Agencia Mundial Antidopaje. En este espacio no voy a profundizar en los atletas sino analizar lo que significa para el deporte y el espíritu de competencia.Los deportistas como cualquiera de nosotros no están exentos de padecer enfermedades que en su momento necesiten de medicamentos que contengan substancias prohibidas. Lo más importante es preguntarnos si una vez que el atleta tenga este “permiso” lo debería de hacer público o ¿por lo menos notificar a los competidores? ¿Muchos de los atletas mencionados han logrado parte de sus triunfos durante los periodos en los cuales se les autoriza a hacer uso de las substancias, esto debería ser penado? ¿O digno de marcar las victorias con un pequeño asterisco que informe el uso de algún medicamento prohibido?Es muy fácil para nosotros los espectadores juzgar sin tener la información completa o la educación para saber que significan tres miligramos de betametasona, lo que sí me gustaría es saber los beneficios que a su uso le darían al atleta, porque puede sonar escandaloso cuando a lo mejor se trata de una dosis tan pequeña que no exista beneficio alguno.Antes de perder la fe en las competencias que sean de nuestro agrado, esperemos a que atletas, federaciones, comités y los mismos doctores que autorizan el uso de tales substancias, nos expliquen el verdadero beneficio, si es que existe, y el proceso o diagnóstico necesario para contar con esta cartita del doctor.Espero sus opiniones y comentarios en: maddinformador@gmail.com
