En 1982, cuando la Fórmula Uno era un campeonato más equilibrado de los que hemos tenido en las últimas dos décadas, el padre de uno de los punteros del momento, Keke Rosberg, logró ser campeón sin subir a lo más alto del pódium más que una sola vez. Su clave fue la constancia. Lograba estar entre los primeros siempre, mientras que los demás ganaban más carreras, aunque para hacerlo forzaban sus máquinas y con eso era frecuente que no terminaran las carreras por descomposturas o choques. La Honda CR-V es una especie de Keke Rosberg hoy en día.Quien me sigue desde hace algunos años en redes sociales, sabe que con frecuencia me preguntan cuál es la camioneta más recomendable en el segmento de las SUV compactas. La respuesta invariablemente es: Honda CR-V. Curiosamente la camioneta de Honda no necesariamente es la mejor en todos los aspectos. Sin embargo, aún creo que sigue en la cima, pese a que el consumidor mexicano ya prefiere la X-Trail y la Trax. ¿Por qué, entonces, sigo recomendando prioritariamente un vehículo que no es el mejor en todo? No es tan difícil de explicar.La actual líder, la Nissan X-Trail, logró un salto significativo en la actual generación. Mejoró su diseño, espacio y terminados y en todos esos aspectos, rebasó a la Honda. Ofrece una tercera fila de asientos, lo que la CR-V no hace. Además, Nissan tiene dos fortalezas sobre Honda contra las cuales ésta última no puede, al menos de momento, competir: más del doble de puntos de venta y financiamiento propio. Uno tan eficiente y agresivo que puede otorgar crédito incluso cuando el cliente no es sujeto a él.La Chevrolet Trax, pese a que ya rebasó a la CR-V en ventas, no pertenece al mismo segmento. Es más chica, menos potente y más barata. Sólo su versión más equipada y cara otorga el nivel de seguridad pasiva más cercano al de la CR-V, pero no puede dar espacio, fuerza, manejo ni terminados.Virtudes aisladas pierden para la constanciaUn cliente que esté en el segmento y busque más velocidad y aceleración, encontrará en la Ford Escape su mejor opción. El que quiera manejo tendrá problemas para decidir cuál sería la mejor entre la Subaru Forester y la Mazda CX-5. Ésta última, en su versión 2.5, se acerca a la Honda tanto como la X-Trail y la supera en terminados, diseño exterior y manejo. Queda corta en espacio interior y reventa. La versión con motor 2.0 queda atrás también en desempeño.La Volkswagen Tiguan también gana en manejo y terminados, pero pierde en equipo, servicio, potencia, precio y reventa. La nueva Chevrolet Equinox puede dar pelea como producto, pero sería una agradable sorpresa ver que superara a la Honda en servicio y reventa. Lo mismo ocurre con la Dodge Journey, que también llegó a ser líder en México por algún tiempo, pero la experiencia de propiedad comenzó a ser del conocimiento de todos y hoy la camioneta está más abajo en la lista de las favoritas. La Toyota Rav4 es otra dura rival, superior en ofrecer tercera fila y equivalente en todo lo demás, incluyendo servicio y reventa, pero pierde en manejo, potencia y en la gran cantidad de ruidos interiores que muestra, lo que indica que no está construida con el mismo cuidado con que Honda hace su SUV en El Salto, Jalisco. Mientras tanto la CR-V sigue siendo superior en otros muy importantes aspectos. Uno es la potencia. Sus 184 caballos la hacen sentirse briosa, rebasar más fácil y arrancar más rápido que la mayoría, aunque no llegue a la Escape EcoBoost. Es también más firme, sólida, con más aplomo que la mayoría, aunque quede por debajo de la CX-5, la Tiguan y la Forester. Tienen caja de cambios CVT, generalmente aburrida, pero la programación de la Honda la hace sentirse mucho más natural. Luego está su imagen en el mercado que le otorga una mejor reventa que casi cualquiera. Por último, pero no menos importante, está el servicio de Honda, que las demás marcas aún no logran igualar en calidad y precio. A largo plazo, es más probable que el dueño de una CR-V haya tenido una convivencia con su vehículo más relajada, agradable y libre de estrés. Esto se llama “experiencia de propiedad”, algo que sólo los compradores más inteligentes son capaces de vislumbrar, pero que es mi obligación conocer y, más que nada, alertar sobre ello. La Honda CR-V es la mejor porque su promedio en todos los aspectos es tan bueno, que la suma final resulta superior a las demás. Justo como Keke Rosberg. Sin embargo, su distancia hacia las demás ya fue mucho mayor y si Honda no la renueva realmente bien en un par de años, podrá perder su corona, exactamente como pasó con el Civic.