Por María Belén Sánchez, fspLa violencia continúa expandiéndose en el mundo como una mancha de aceite, y en nuestro país no es la excepción.La violencia está presente en el mundo desde los inicios de la humanidad, pero actualmente todo, lo bueno y lo malo da la vuelta al mundo con mucha más rapidez, a pesar de que lo malo es más sensacionalista y parece tener más relevancia.Queremos hablar de valores en la familia pero bien poco lograremos si no hay una lucha serie en contra de la violencia que envuelve los corazones.Primeramente hay que desterrar del propio corazón la violencia que se genera en la mente y que se infiltra a los sentimientos para luego empezar a dar paso a actitudes de benevolencia y cariño en familia que es donde podría germinar lo verdaderamente bello del amor.Pero muchas veces los comunicadores somos más responsables, por darle tanto énfasis a lo sensacionalista. Y los consumidores también son altamente culpables… porque desde luego muchos de nuestros más ilustres compatriotas, prefieren “Alarma”, porque trae buenos chismes.Por otra parte, ya es antiquísima la tradición de que las películas son escuela para crímenes y violencias.Pero somos nosotros, los consumidores, los que les llenamos los bolsillos, les damos la oportunidad enriquecerse a cambio de que nos llenen la mente de ideas que poco a poco van haciendo mella en nuestra mentalidad.Hace unos días conversando con una persona, me decía que no es posible crear en una persona la convicción de que una conciencia fuerte y clara le hace más persona, porque ni siquiera tienen una plataforma en donde apoyarla. Todo el subconsciente está lleno de basura en algunas personas, y es muy difícil hacerles comprender que el amor, en su verdadera dimensión engrandece, y que la tolerancia y la bondad da más calidad al ser humano.Difícil es, hacer comprender a ciertas personas la belleza y grandeza de dichos valores, porque se encuentran intoxicadas de rencores, maldad, y otras inmundicias semejantes.También es de notar que hay muchas personas desilusionadas, insatisfechas y amargadas, porque se han metido en una espiral de evasiones que va desde el vicio y crece en forma insospechada. De allí que la familia no les importe, que sus sentimientos de afecto y de amor se emboten al grado que ya les parece poco menos que imposible salir de ese basurero.Por eso, porque las cosas han crecido a niveles espectaculares, necesitamos pedir la ayuda de Dios para que nos permita volver los ohos y descubrir la belleza del mensaje eterno que nos encamina hacia elamor verdadero, pasando por muchos detalles que no siempre percibimos como importantes.,Por lo menos hoy sería bueno hacer el propósito de llegar a casa u economizar dos o tres palabras ásperas.O mejor aún llegar primeramente con una Palabra amable, con una expresión de cariño y desde luego con la mejor sonrisa…