México llegó a Columbus con el peso del triste recuerdo de su última presentación. Hacía muchos años que acudía a EU con el cartel de favorito y regresaba entre la frustración y el drama. Esta vez llegó el equipo con su confirmada pérdida de identidad y estilo de juego, pero también con su mejor jugador. Uno de esos hombres que con su sola presencia inspiran con la fuerza de un símbolo; me refiero a Rafael Márquez Álvarez.Llegaron, así mismo, con tres tipos de alegría: la del reencuentro con un equipo de reconocida rivalidad, la de tener un buen número de jugadores talentosos y la de un país que decidió creer que Trump nos tratará muy mal. Los temores se fundamentan en algo que ni sabemos; solo nos queda trabajar más y ser mejores personas. Eso es lo que deberemos hacer.Un entrenador tranquilo, de modos amables y decisiones endebles, supo darle responsabilidad a los menos dotados y liberar a sus mejores talentos. Pero el equipo tradujo su falta de experiencia en ansiedad. Es entendible, pues la realidad fueron los mismos jugadores los que sefueron los que se organizaron y sacaron el partido, y esto se los digo pues me informaron fuentes fidedignas.Más que deprimir su estado anímico, todo eso influyó negativamente en su juego porque les aceleró. Frente a los gringos, encontraron el gol antes que el juego. Lo cuidaron durante los siguientes minutos del primer tiempo por la psicología conservadora que ataca a los que van ganando un partido muy esperado. Por otra parte, encontrar espacios vacíos a la espalda del equipo dominador siempre provoca la tentación de imprimir velocidad.Pero los contragolpes fracasaban y la pelota volvía a amenazar. Los propios jugadores corrigieron a pesar los cambios inadecuados que mando Osorio que no acaba de entender que Carlos Salcedo no es de selección.No corrigieron en el descanso y el equipo perdió la calma, no supieron cuidar la pelota y por eso el equipo mexicano en la segunda parte se vio superado, lo que suma a favor de México es que los famosos norteamericanos incluyendo a su técnico es la peor versión que he visto en mucho tiempo; la diferencia fue el gol de Rafael Márquez Álvarez que dio el triunfo al “tri” y ahora se vienen los monumentos al colombiano Osorio.Fue un partido de ida y vuelta, equilibrado y abierto al riesgo. Otra vez tuvo que llegar el descanso para recuperar la calma y la pelota.En esta ocasión, Osorio se tuvo que ayudar de la suerte y las cábalas, los jugadores le sacaron las papas del horno al pedirle las credenciales, al proponerle la alineación con la promesa de sacarle el partido y así fue, ahora veremos en que acaba todo este drama del hexagonal que si somos objetivos todos los equipos del famoso torneíto este son malísimos y espero que no me critiquen por decir la verdad, años luz estamos de esa calidad de equipos que es un placer el observarlos, la sensación que da el representativo nacional es de zozobra, de angustia, no tienen jerarquía y ante estos rivales tan limitados, se potencializan las deficiencias técnicas y no se diga las tácticas, pero en fin esto es un circo y hay que bailarle al son que nos toquen.